La guía de las gemas y las joyas, un mercado que mueve US$238.000 millones al año

En la cima del lujo y el ‘glamour’ están, quizá, las gemas y piedras preciosas, cuyo mercado mueve globalmente, según cifras de Polaris Market Research, unos US$237.650 millones (2021) con un crecimiento estimado de 7,7% para 2030.

Los buenos resultados han sido impulsados no solo por una coyuntura global turbulenta, con volatilidad, crisis de suministros y cambios de gobierno, sino también porque nunca pasan de moda.

Pero, ¿cuáles son las piedras preciosas del mercado? La primera es el diamante. El blanco es el más popular, pero pueden encontrarse otros tonos como el amarillo, el rosado e incluso el azul, que los hacen más raros y hasta costosos.

Para determinar el precio de estas piedras se utiliza el llamado 4C: cut, carat, color y clarity, que en español sería: corte, peso en quilates, color y pureza.

“Los factores de valor, ciertas características que tienen la gema, le dan ese valor a la piedra, que permiten diferenciar cuáles pueden costar más o menos. En el diamante están las 4C, que se han aplicado a las piedras de color, con otros dos factores: los tratamientos y la procedencia geográfica”, explica Holman Alvarado, coordinador de gemología de Cdtec Lab.

En cuanto a los tratamientos, el gemólogo explica que suelen ser procesos para mejorar ciertas características de la piedra, como el color o la claridad, pero destaca que cuando se hacen el valor de la piedra es menor, y si es natural será mayor.

Por el lado de la procedencia, Alvarado dice que la esmeralda colombiana, por ejemplo, solo por venir del país, suele tener un valor más elevado que las de otros países.

A la fecha, según cifras de Fedesmeraldas el país ha exportado 128.723 quilates, lo que representaría US$44,7 millones. Febrero ha sido el mes con la cifra más alta, 29.537 quilates talladas (US$11 millones); seguido por mayo, 28.008 quilates, y US$7,8 millones, y abril, con 22.032 y US$6,5 millones.

“Las esmeraldas son muy apetecidas y tienen alta demanda a nivel mundial, como es un recurso escaso y la demanda sigue creciendo, es un activo que genera valor a lo largo del tiempo y se va apreciando, con lo que pueden ser vistas como refugios de valor”, comenta Fernando Angarita, socio de CI The Best Emeralds.

Para el experto, un elemento clave si está dentro de sus planes invertir en este tipo de piedras o en cualquiera de color, es tener claros los aspectos técnicos para saber cuánto pagar.

“Hay que, preferiblemente, asesorarse de expertos que hayan estado en el mercado y que cuenten con una buena reputación. Existen laboratorios que certifican la naturaleza de las piedras y sus aspectos técnicos, pero no dan valoración”, señala Angarita.

Pero el país, además de sus exportaciones de esmeraldas, no deja de lado las importaciones de otras piedras del listado. MinComercio reporta que para 2021 la cifra llegó a US$2,9 millones, 28,4% más que en 2020 y en lo que va del año ya se han invertido US$1,1 millones.

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Las otras opciones de piedras preciosas de color son los zafiros y rubíes (característicos por sus tonos azules y rojizos), que, como explican los expertos, pueden ser evaluadas con los mismos factores del diamante.

El último paso y un elemento llamativo (que puede influir en lo que pague y el significado de la gema) es el corte empleado, entre los que destacan el redondo, el princesa, el cojín, el óvalo, el corazón y la pera, entre otros. Este último fue usado en el diamante blanco, a la fecha, mejor subastado, que con 228,31 quilates se vendió en casi US$22 millones en Christie’s de Ginebra.