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El chef de Sabaneta, Antioquia, señala que la apuesta es los clientes se dejen sorprender por las preparaciones de temporada
Como un tributo a su abuela y a su amor por la cocina, el colombiano Juan David Montoya creó 'Gabriela, Laboratorio de Cocina' en donde, según cuenta, el objetivo es crear los mejores platos dependiendo de los productos de temporada y la creatividad de él y su equipo.
"En el laboratorio hacemos proyectos de gastronomía. Entonces si un día me levanto y digo "vamos a hacer un pan" buscamos todas las herramientas para que sea el mejor pan e investigar todo su proceso", cuenta el chef.
El primer plan de Montoya era graduarse de ingeniero mecánico y luego, como hobby, dedicarse a la cocina. Pero luego de no pasar a la universidad que quería decidió cambiar el orden. "Empecé primero a cocinar, pero desde la primera semana estudiando dije, creo que ya no voy a estudiar ingeniería", recuerda.
Efectivamente, la cocina cautivó al ahora chef y no lo dejó alejarse nunca más. Sin embargo -bromea- ahora aplica una que otra cosa de ingeniería dentro de su cocina, que valga recordar, queda ubicada en el patio trasero de la casa de su abuela.
"Siempre pensé en emprender y me llegó la idea del laboratorio. Pero entonces, para sostenerlo también cree una empresa de catering para eventos en la que hoy en día ya somos 13 personas fijas y más de 20 o 30 extra que nos dedicamos a ello diariamente", añade.
Como autoregalo de cumpleaños, Montoya decide darle fuerza a su Laboratorio de Cocina y abrirlo al público, para que además de ser espacio para sus creaciones, también pudiese brindar experiencias gastronómicas a sus comensales con un plato nuevo en cada visita.
"Los comensales pueden probar lo que estamos creando en ese momento. Toda la construcción ha sido un proyecto familiar, aunque yo soy el dueño financiero, mis papás trabajan conmigo en la empresa y tenemos el apoyo de mi abuela", cuenta el chef.
¿Cuál es el modelo del restaurante?
Para mantener el concepto familiar (y exclusivo) Montoya decidió que el restaurante sería oculto, con lo que no hay ningún aviso que lo anuncie, y los comensales deben llegar con cita previa. "Les damos un código para entrar al lugar y los conducimos hasta el patio. Es una cocina 100% abierta en la que pueden ver y probar todas nuestras preparaciones", acota.
El chef señala que con la visita los comensales pueden probar varios productos y no solo un plato en específico: puede ser un plato fuerte, un postre, pero también bebidas y "bocados" de autor, con cocina colombiana y cocina internacional.
"Las personas pagan por una serie de platos que dependen de la temporada o de la rotación del espacio. No mandamos el menú, sino que deben venir dispuestos a probar la propuesta del día. Estamos hablando que podemos cambiarlos mensualmente, por ejemplo", dice Montoya.
El precio promedio para vivir esta experiencia oscila entre $100.000 y $150.000 el menú, con capacidad para entre 40 y 50 comensales. Y, además de las reservas comunes, los clientes podrán asistir a ciertas actividades especiales como cata de vinos o de quesos especiales.
"Toda la materia prima va a ser colombiana, comprada directamente en las regiones. También la vajilla va a ser de producción nacional, queremos apoyar los productos locales. También vamos a tener coctelería de autor y una barra completa para complementar la experiencia, esta sí internacional", concluyó el chef.
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