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La industria del vino se está viendo afectada en el principal país consumidor por factores como el desinterés de la población joven de consumirlo
El plan de llegar a la casa, después de una jornada de trabajo, y tomarse un vino o acompañar una reunión de amigos con esta bebida parece que no es muy atractivo para las nuevas generaciones, al punto que son los más adultos los que están sosteniendo su consumo.
Al menos, así está sucediendo en Estados Unidos, el principal mercado de esta industria, donde se toman 33 millones de hectolitros al año, según las cuentas de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
La tendencia de consumo en ese país viene a la baja, pues en 2005, la tasa de crecimiento fue de 22,28%, mientras que el año pasado cayó 0,90%, según el estudio anual que elabora Silicon Valley Bank.
Un factor que está influyendo en esto es que, si se miran los rangos de edad, las personas más jóvenes definitivamente prefieren otro tipo de bebida. La tasa de crecimiento de los ‘millennials’, especialmente aquellos entre 21 y 30 años, fue casi nula, de solo 0,12%.
Esta tendencia, incluso, se ve en otros rangos de edad, como los de 50 a 60 años, donde la tasa de crecimiento fue negativa con -5,52%. Todo lo contrario sucede en los adultos mayores de 60 años, donde la tendencia se ha mantenido al alza. El promedio de crecimiento, entre 2007 y 2021, fue de 6,53%.
“Esto significa que estamos sustituyendo a consumidores más comprometidos con la categoría y que gastan más en vino, por consumidores que beben más en todas las categorías de bebidas alcohólicas y están menos comprometidos con el vino. A esto hay que añadir el creciente número de consumidores de vino que intentan reducir su consumo por motivos de salud”, resaltó el informe.
El estudio también reveló que la cohorte de más de 60 años fue responsable del 32,6% del gasto total directo al consumidor, un indicador que refleja que el gasto en vino sube en este rango de edad a pesar de que disminuye la población.
Además, se encontró que cuando se les preguntó a las personas qué bebida compraría para impresionar a sus amigos, casi la mitad de los mayores de 65 años dijeron que llevarían vino.
Sin embargo, en las franjas de edad por debajo de los 65 años, la respuesta cayó a menos de 30%, una disminución de 20 puntos porcentuales. “Esto implica que el intercambio por consumidores más jóvenes podría tener un impacto de compra en la próxima década”, dijo el estudio.
Expectativas de la industria
Las perspectivas para el futuro no son las mejores para la industria, pues es difícil obtener un crecimiento de ventas adicional en el rango de edad superior a los 66 años, dado que el tamaño de la población es menor a la de los más jóvenes.
Esta tendencia muestra que el mercado está reemplazando a los consumidores que están “más comprometidos” con la categoría, y que gastan más en vino, que aquellos que beben más otro tipo de bebidas.
A pesar de esto, una buena noticia para la industria es que el segmento premium se ha recuperado tras el mal año que tuvo en 2020.
El año pasado, esta línea tuvo un aumento de los ingresos de 9,7% a septiembre, según la base de datos de análisis de grupos homólogos del Silicon Valley Bank.
Expectativas de colombia
Por otro lado, a diferencia de Estados Unidos, en Colombia se ha reflejado un crecimiento del consumo del vino, a pesar del alza en su precio.
Según Óscar Santos, sommelier profesional, “el mercado del vino a nivel Colombia se ha tenido que enfrentar con una serie de obstáculos que ha puesto el gobierno desde los últimos seis años, en los cuales el vino ha sido marcado con algunos impuestos adicionales que no tenían. Esto elevó su precio”.
Aún así, según el experto, se incrementó el consumo de vino en categorías de líneas estándar y medias, pero no en categorías premium debido a que los precios llegan muy altos por las recientes crisis de contenedores, y vidrios, haciendo que los vinos que se traen no sean de muy buena calidad a precios medianamente asequibles.
El cambio climático estaría causando algunos de los aumentos de costos
El aumento de la temperatura en la tierra ha hecho que los vitivinicultores busquen zonas más frías para cultivar la vid, lo que generaría costos adicionales. La escasez de lluvias provoca un exceso de avinagramiento de la uva. “El cambio climático, a nivel de viñedos, de elaboración, ha favorecido algunos países, por ejemplo, en Europa en las zonas frías, otras zonas se han visto afectadas por muchas sequías, por lo cual si ha habido una influencia en la elaboración de los vinos” dijo, Diego Martín, sommelier de Dislicores.
La marca también reportó un margen bruto de 52,1% y un aumento de 35% en los beneficios por acción, alcanzando los US$1,26
Según comunica la marca, tiene previsto abrir cuatro tiendas adicionales en España en los próximos años y reforzar su presencia digital
La casa de subastas organiza una serie de ventas en vivo a partir de hoy y ventas en línea continuas como parte de su Semana Clásica