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La sucursal de la marca ha sido renovada por completo, de manera que ofrece toda una serie de novedades y descubrimiento a sus clientes
Chiado representa uno de los barrios más encantadores del centro histórico de Lisboa, conocido por sus calles adoquinadas, sus elegantes cafeterías y restaurantes, librerías y, por supuesto, tiendas exclusivas. Entre las que se encuentra la de la firma de moda francesa, Hermès, inaugurada en 2001 y que, tras un mes de obras destinadas a la reforma de su interior, ha sido reabierta. El nuevo diseño supone una combinación idónea entre la imagen personal de la casa Hermès y lo mejor de la arquitectura, siendo el resultado de una especial armonía estética.
La tienda ha sido renovada por completo, de manera que ofrece toda una serie de novedades y descubrimiento a sus clientes, siendo el compromiso con estos total. Algo que se observa en el milimétrico cuidado por los detalles y todas aquellas piezas que se van desvelando conforme se avanza por sus espacios. Un entorno perfecto para explorar su nueva colección primavera-verano, con accesorios, perfumes, productos de belleza y sedas que dan la bienvenida a la maison.
La tienda de Hermès en Chiado se ubica en un edificio del siglo XVIII, donde se encuentra desde hace más de 20 años. A lo largo de ese periodo, el lugar ha sido ampliado y su interior rediseñado. El proyecto ha estado a cargo de RDAI, la agencia de arquitectura francesa responsable de la decoración de las tiendas de Hermès presentes en todo el mundo.
Aunque en un origen la tienda contaba con un total de 133 metros cuadrados, tras el proceso de ampliación, estos lograron aumentarse hasta los 155 metros cuadrados. De modo que su interior ha ganado en amplitud y en él se puede disfrutar de un ambiente distintivo y particular. Además, como novedad se han introducido dos 'métiers', joyería y 'les ateliers Horizons', especializado en piezas a medida. De esta manera se consigue ofrecer la experiencia completa que buscan desde Hermès, ya que ahora dispone de 16 'métiers' en la ciudad de Lisboa.
El equipo de RDAI ha brindado a la tienda de Hermès un diseño en el que se combina arquitectura y equilibrio estético. Además de mostrar los valores que forman parte de la identidad de la casa francesa, al igual que sucede en el resto de sus distintas sedes repartidas por todo el mundo. Al mismo tiempo que se adapta a las particularidades y la personalidad de cada lugar en el que se ubican. Y el caso de Lisboa no podía ser diferente, de modo que se mantiene la tradición portuguesa para así reforzar la conexión con la tradición del emplazamiento.
En la tienda de Hermès de Chiado se encuentra un tabique vertical en forma den enrejado, por el que se cuela la luz, iluminando el espacio suavemente. Además, se encarga de separar las colecciones de 'prêt-à-porter' masculino y femenino. Las alfombras han sido elaboradas por artesanos locales y están inspiradas en la puesta de sol sobre el río Tajo. Este le confiere al espacio un ambiente especial, marcado por una paleta de tonos amarillos y naranjas que crean un degradado hacia el rojo.
En lo que se refiere a los escaparates, el espíritu de la casa Hermès se mantiene intacto, reflejándola imagen francesa de la firma y su identidad. Se trata de un diseño del artista Kiki Van Eijk, enfocado en la temática de 2024. Una forma de dar la bienvenida a todos aquellos que quieran atravesar las puertas para descubrir todo lo que tiene que ofrecer la nueva colección de primavera-verano de Hermès, incluyendo también joyería y relojería, además de accesorios, perfumes y prendas con el carácter de la marca.
La firma francesa Hermès surgió en 1837 con la apertura de un taller parisino por parte del artesano guarnicionero Thierry Hermès, quien se adaptó a los tiempos y a los deseos de sus clientes. Por ello, sus piezas estaban basadas en principios clave: la discreción y sencillez, la resistencia y la ligereza. Casi cincuenta años más tarde, su hijo trasladó los talleres y estableció una tienda donde seguían con su labor de fabricar arneses y sillas de montar a medida.
No obstante, hacia 1922, Hermès introdujo una novedad: la cremallera. Y esto supuso un antes y un después en su historia. Tan solo tres años más tarde, la maison dio el salto al diseñar su primera prenda para hombres, una chaqueta de golf. En 1949 llegarían las corbatas de seda y, en 1951, llegaría el diseño del icónico bolso Kelly, gracias a Robert Dumas. Este recibiría este nombre en 1956, cuando la princesa Grace Kelly lo lució por primera vez y lo hizo famoso en el mundo entero. En 1967 llegaría la primera colección de ropa para mujeres, en 1984 el famoso bolso Birkin y, con el paso de las siguientes décadas, pasó a convertirse en la prestigiosa casa de moda francesa que es hoy día.
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