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Aunque hay varias cifras sobre las inversiones, lo cierto es que se trata de uno de los contratos más costosos de los shows en vivo
La Fórmula 1 hace mucho tiempo dejó de ser un centro de exposición de las marcas europeas para mostrar la velocidad a la que pueden llegar sus mejores modelos, ese fue el objetivo con el que nació luego de la Segunda Guerra Mundial uno de los eventos deportivos más poderosos del mundo.
Ahora se trata de uno de los negocios del entretenimiento más sólidos porque ser anfitrión de algún premio de la temporada no es para cualquiera. Según la fuente que consulte hay valores sobre el costo real de ser ciudad sede. Por ejemplo, teniendo en cuenta el informe 2022 de Formula Money, habrá destinos que paguen desde US$21 millones hasta US$78 millones solo este año.
Pero esa es una cifra por cada 12 meses, pues las ciudades anualmente deben revisar este presupuesto que normalmente va al alza, y que se trata de un contrato mínimo de 10 años. Por ejemplo, el próximo 18 de marzo Oriente Medio se convierte en la sede de la Fórmula 1, y lo será porque ese día comienza el Gran Premio de Baréin. Allí, un país con menos de 1,3 millones de habitantes logró ser el comienzo del calendario, pero para haber entrado necesitó según Formula Money, de un preplan de cinco años que incluía la construcción del autódromo con especificaciones internacionales, un recorrido turístico que permitiera recibir a por lo menos 350.000 aficionados, y talleres externos para que allí se concentraran las escuderías más prestigiosas del mundo.
Esa lista además de tiempo, la lograron cumplir los árabes luego de aprobar un plan publicoprivado por US$1.440 millones, dejando solamente un cupo de US$68 millones para la versión 2022.
“Pero detrás está el brazo de un hombre que bien puede tener una fortuna de US$20.000 millones, dueño del PSG de París, que pretende ubicar a su país y su familia real en el mapa, por eso un plan de más de US$1.000 millones no es un esfuerzo descomunal, mientras que para países en vía de desarrollo sí se trata de un riesgo o una inversión que necesita de fuerte respaldo”, dijo Christian Sylt, cofundador de la británica Formula Money.
Los costos tan altos según la consultora son resultado de que se trata de países y ciudades en los que la F1 hasta ahora da sus primeros eventos.
Por ejemplo, mientras que para Arabia Saudita, que tendrá su premio del 25 al 27 de marzo, el nombre como sede le costará en 2022 US$71 millones; pero para Mónaco, el más glamoroso y referente de todos los circuitos, allí se destinarán US$24 millones para la organización de este año. La diferencia se debe a la experiencia que cada ciudad anfitriona logra con los años, pues hay gastos logísticos que reducen o aumentan. En el caso de los países árabes las condiciones climáticas y de infraestructura generaron que el capital inicial fuese más costoso que para países en los que ya es tradición tener F1, como los europeos.
Ahora, el tema como bien se volvió coyuntural por la idea de que Barranquilla fuera sede, podría incluso compararse con un par latino como es México. Pero allí, su autódromo se construyó en 1955, y cada cinco años pasó por plan de mejoras, así que un espacio como ese hoy costaría US$135 millones según el Colegio de Ingenieros Mexicanos.
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