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Además de los tradicionales campos que están en su mayoría a las afueras de las ciudades, hay opciones que se basan en tecnología
Recientemente entre los aficionados y curiosos del golf fue noticia que Colombia ahora es sede de uno de los espacios más amplios en América Latina para la práctica de ese deporte, sin necesidad de desplazarse a campos normales. Se trata de G Lounge, al norte de Bogotá, el cual se basa en ofrecer una experiencia indoor y profesional.
El lugar ya abrió sus servicios para los jugadores que deseen entrenar con este modelo, bajo la promesa que todos los golfistas tendrán la oportunidad de acceder a bahías que tienen el sistema Trackman, un dispositivo de última tecnología que utilizan nueve de cada 10 jugadores del PGA Tour. Con él, quien lo use, desde Bogotá podrá jugar en el The Royal St George’s Golf Club de Reino Unido, campo donde se disputó recientemente el último major championship.
Además, el lugar, con esa tecnología, le da la oportunidad a las personas de tener el simulador de más de 120 campos profesionales. Por esto, en G Lounge explicaron que para este servicio, al igual que los clubes de mejor categoría, tienen un sistema de membresías al año, los cuales empiezan con la Loyaltee ($4,2 millones), Senior ($6,8 millones), y Black $11,9 millones).
De este modo, tal como pasa en Estados Unidos y Europa, las personas pueden acceder al entrenamiento y juego indoor golf, con un esquema de pago por horas en las bahías equipadas con el Trackman.
“El indoor golf simulator, como se conoce a nivel mundial, es la posibilidad para quienes quieren seguir en la experiencia de este deporte desde un espacio central entre el lugar en el que viven y el que trabajan. Por eso elegimos Bogotá, porque las zonas que están dotadas con campos necesitan de un desplazamiento largo en los clubes sociales”, explicó Jaime Giraldo, CEO de G Lounge.
Pero el indoor golf también es una salida para las personas que pueden reducir costos al momento de practicar esa disciplina, porque estos lugares además de tener la tecnología para que una persona se sienta en cualquier campo del mundo (e incluso para que su sistema de radares realicen análisis sobre el modo de juego de las personas), también están dotados con la utilería necesaria, empezando por los palos que se usarían normalmente en un campo al aire libre.
Por ejemplo, hoy en día en Colombia comprar una talega completa con 14 palos, que se dividen entre los cuatro tipos que hay, (maderas, hierros, putter e híbridos), puede costar entre $3 y $5 millones, para un nivel de entrada; con el indoor golf, las bahías ya están equipadas, y de hecho, al tratarse de un espacio pensado en diferentes perfiles de jugadores, resaltan los palos de mayor categoría con marcas como Cobra, TaylorMade, Ping, Titleist, o CallaWay Golf, que pueden fácilmente superar barreras de US$5.000.
Para complementar las sesiones de juego, “en nuestro performance center las personas podrán vivir una experiencia de Fitting multimarca, esto quiere decir que se orientará al momento de definir el set de palos ideal para el estilo de juego”, agregó María Paula Giraldo, CFO de G Lounge.
Ventajas de la tecnología e inteligencia artificial al medir la práctica
La inteligencia artificial está presente en todo tipo de industrias, y la deportiva no es una de las que dejó atrás. Por eso, el sistem Trackman que entre otras cosas puede costar más de US$18.000, se ha enfocado en soluciones de golf que son fieles a la verdadera sensación del juego en un campo al aire libre. La jugabilidad es increíblemente fluida, todos los datos de los palos, las estadísticas de las bolas se muestran con una precisión milimétrica. Lo que inicialmente empezó como un sistema de juego de lujo, ahora es una experiencia tecnológica para mejorar el swing.
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