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Las marchas se fundamentan en la larga y difícil historia de grupos minoritarios que han batallado durante décadas para superar los prejuicios
Hoy las calles se pintan de colores porque la comunidad Lgbtiq+ sale a marchar y a celebrar que poco a poco son reconocidos. Con el tiempo, la caminata del orgullo se convirtió en una fiesta, en la que miembros de la comunidad pueden sentirse libres y hacerse notar por las calles de su ciudad.
Pero el Pride es más que una fiesta y, de hecho, se fundamentan en la larga y difícil historia de grupos minoritarios que han batallado durante décadas para superar los prejuicios y lograr la aceptación por quienes realmente son.
Es por esto que, más que una fiesta, es una conmemoración a los disturbios de Stonewall en 1969 en Nueva York. Un punto de inflexión en la lucha por los derechos de la comunidad. Este evento histórico marcó el inicio del movimiento moderno por los derechos civiles de las personas Lgbtq+, quienes han enfrentado discriminación y marginalización a lo largo de la historia.
El Pride no solo celebra la diversidad y la identidad sexual, sino que también reafirma el derecho fundamental de todas las personas a vivir libres de discriminación y persecución por su orientación sexual o identidad de género.
¿Por qué fueron los disturbios de Stonewall?
En las primeras horas del 28 de junio de 1969, la policía irrumpió en el Stonewall Inn, un bar gay situado en Greenwich Village, Nueva York, y comenzó a desalojar a los clientes.
Los clientes se resistieron y las tensiones entre los bandos crecieron. La comunidad gay de Nueva York, cansada de años de acoso por parte de las autoridades, respondió con disturbios en los vecindarios que se prolongaron durante tres días.
El levantamiento se convirtió en un catalizador para un naciente movimiento que luchaba por los derechos de los homosexuales, impulsando la formación de organizaciones como el Frente de Liberación Gay y la Alianza de Activistas Gay, inspiradas en el movimiento por los derechos civiles y el movimiento feminista.
Los miembros de estas organizaciones realizaron protestas, se reunieron con líderes políticos e interrumpieron reuniones públicas para exigir responsabilidad a dichos líderes.
Pero la historia no termina aquí, después de un año de protestas y reuniones clandestinas, Brenda Howard, una activista bisexual de Nueva York, organizó el primer desfile del Orgullo para conmemorar el primer aniversario de Stonewall.
Desde entonces, más y más países se unieron a la conmemoración. Cada año y cada lucha representaron más derechos para las personas de la comunidad Lgbtiq+ como el derecho al matrimonio o a la adopción, recibir un trabajo digno y a no ser discriminados por su orientación sexual o de género. Cada uno de estos logros hizo que la comunidad sintiera felicidad y es por esto que ahora es una fiesta en la que no hay que olvidar que aún hay personas que deben salir del closet y que hay países en los que estos derechos, que parecen básicos, siguen lejos de ser una realidad.
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