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Las estrategias pueden variar, pero aumentaron compras en bienes sostenibles e inversiones con impacto y filantropía estratégica
La generación más joven es más consciente de su huella de carbono y menos propensa a alquilar un 'jet' privado o a comprarse un yate para ostentar.
La palabra multimillonario evoca imágenes de gente con trajes exclusivos bajando de jets privados. Pero, aunque esto pueda ser cierto para algunas de las personas más ricas del mundo, un nuevo grupo de personas adineradas parece estar adoptando un estilo de vida menos ostentoso.
A los multimillonarios más jóvenes que han amasado su fortuna en el sector tecnológico se les ve más a menudo con ropa informal y hay menos posibilidades de que alquilen un jet privado para una mini escapada de última hora.
"Mientras que antes las personas con un patrimonio neto muy elevado incluían entre sus objetos personales un avión privado y un yate de lujo, ahora esos bienes se asocian al impacto de su huella de carbono. Se presta más atención a la imagen de cómo esto se refleja en la reputación del propietario", explica Caroline Russell, del bufete de abogados londinense Wedlake Bell, que cuenta entre sus clientes con millonarios de todo el mundo.
Russell recuerda algunos de los titulares negativos del uso de jets privados por parte de Taylor Swift en los últimos meses. "Las redes sociales tienen un impacto enorme y ahora los jóvenes ultrarricos están muy expuestos. Muchos se lo pensarán dos veces antes de publicar ese selfie posando en un jet privado".
Esta observación coincide con un rápido descenso de la edad media de los multimillonarios del mundo: de 58 años en 2014 a 47 en 2023, según el brokerage City Index, que analizó datos de la revista estadounidense de negocios Forbes.
Un país que destaca como cuna de multimillonarios más jóvenes es Gran Bretaña. Entre los ejemplos citados por City Index se encuentran Ben Francis, de 31 años, CEO y cofundador del fabricante de ropa deportiva y de fitness Gymshark, con una fortuna de £$1.020 millones. Por su parte, Nik Storonsky, de 39 años, es CEO de la fintech Revolut y acumula una fortuna de £$2.600 millones.
Sin embargo, más allá de la mayor sensibilidad sobre el cambio climático y los viajes, parece que los jóvenes multimillonarios de hoy en día gastan e invierten su dinero de forma diferente. ¿En qué medida han cambiado sus actitudes con respecto a la generación anterior de creadores de riqueza?
Cada vez son más los que optan por no comprar jets ni coches rápidos, opina Jill Shipley, responsable de gobernanza y educación de AlTi Tiedemann Global, gestora global de patrimonios y alternativas.
"Ahora las grandes fortunas piensan en cómo utilizar su dinero para ayudar a la sociedad a través de inversiones con impacto, emprendimiento y filantropía estratégica", afirma. Uno de los factores que explican esta tendencia puede ser la desigualdad financiera de la que han sido testigos los millennials ricos mientras crecían. Esto les lleva a ver la riqueza de forma más negativa que sus padres o abuelos y a querer darle un sentido al dinero que ganan o heredan.
Cuando estos ricos gastan dinero, Shipley descubre que tienden a comprar bienes sostenibles, como diamantes de origen ético, casas y vacaciones ecológicas y vehículos eléctricos.
Las estrategias pueden variar en función del tipo de patrimonio del propietario. En concreto, los asesores distinguen entre empresarios multimillonarios como los fundadores de un negocio unicornio cuyo dinero está en acciones de la empresa y aquellos cuyo patrimonio es líquido y de fácil acceso en un banco o una cuenta de ahorros.
Ben Lister, socio del grupo de patrimonios privados del despacho de abogados Taylor Wessing, afirma que quienes hayan conseguido un patrimonio líquido importante querrán invertirlo en la compra de casas por todo el mundo, coches y otros bienes que les apasionen, como obras de arte y joyas. Después, también querrán invertir la mayor parte para las generaciones futuras y, posiblemente, con fines filantrópicos y de impacto social y medioambiental.
En opinión de Matthew Braithwaite -socio de Wedlake Bell y asesor de una amplia gama de clientes británicos e internacionales, incluidas familias y family offices- las percepciones importan más hoy en día. "Los ricos del mundo tienen que pensar seriamente en la opinión pública sobre sus decisiones de inversión", afirma.
En algunos casos, existe una voluntad declarada de pagar más impuestos, sobre todo entre las generaciones de ricos más jóvenes. "Hoy en día, puede ser socialmente más aceptable aparecer en una lista de los contribuyentes más altos que en una lista de ricos", sugiere Braithwaite.
El asesor recuerda que hay lobbies como Patriotic Millionaires, un grupo de estadounidenses con grandes patrimonios partidario de la reestructuración del sistema fiscal estadounidense para que los ricos paguen una mayor parte de sus ingresos en impuestos. Cuenta con partidarios como Abigail Disney, la heredera del imperio Disney, que ha reconocido su sentimiento de culpa por la enorme cantidad de riqueza que ha heredado.
Pero ser millonario a una edad más temprana tampoco es un camino de rosas, dicen los asesores, sobre todo si las personas han ganado mucho dinero rápidamente, como las estrellas del deporte, los músicos, los actores y las celebridades de YouTube.
Estelle Tague, socia de clientes privados del bufete de abogados británico RWK Goodman, afirma que algunos jóvenes músicos e influencers no suelen darse cuenta de que lo que hacen es un trabajo. "A menudo no se dan cuenta de que deben pagar el impuesto sobre la renta y, potencialmente, el impuesto sobre el valor añadido, hasta que han gastado sus ganancias, en lugar de ahorrar un porcentaje para reservas fiscales. La consecuencia suele ser una factura fiscal elevada y los costes de un asesor fiscal profesional para resolver los problemas".
Sin embargo, estos errores no solamente los cometen las personas de las industrias creativas. Algunos multimillonarios jóvenes no designan a ningún asesor que les sepa orientar y Tague sostiene que son fundamentales. "Yo llamo a estos asesores el consejo de guerra y recomiendo que se reúnan trimestralmente para asesorar a los jóvenes más acaudalados. Una vez tuve un cliente criptomillonario, que no diversificó sus criptoactivos ni escuchó a sus asesores, y acabó perdiendo la totalidad de su riqueza".
Mike LaCorte, CEO de la empresa internacional de investigación Conflict International, afirma que los jóvenes ricos también pueden ser una presa fácil para los estafadores, que dedican tiempo a perfilar e investigar a las personas que pueden ser vulnerables. Esto significa que los jóvenes deben estar especialmente atentos a posibles inversores y asesores, e incluso al comercio de activos online.
"Es increíble la frecuencia con la que algunos jóvenes millonarios contratan a personas o entablan negociaciones con posibles socios comerciales sin asegurarse antes de quiénes son", afirma LaCorte. "He oído hablar de muchos casos de jóvenes ricos, y también de personas mayores, que han sido estafados por alguien que se ha hecho pasar por empleado para robar información o activos de la empresa", añade.
Las redes sociales también representan un gran peligro. Muchos jóvenes han crecido con un móvil en la mano y es habitual que llenen las redes sociales de imágenes de su tren de vida. Suelen hacer ostentación de una nueva compra de una marca de diseño o un nuevo coche deportivo. Pero esto significa que un estafador puede obtener datos de estas personas a partir de las publicaciones online, que a su vez pueden utilizarse para robar la identidad de alguien o incluso llevar a un secuestro.
"Para los jóvenes millonarios con hijos, nunca dejo de insistir en lo importante que es que cosas como los logotipos de los uniformes escolares aparezcan difuminados en las publicaciones de las redes sociales. No solamente corre peligro el joven millonario, sino también su familia", advierte LaCorte.
Sin embargo, uno de los mayores riesgos para el patrimonio de los jóvenes puede ser su propia incapacidad para mantener el equilibrio entre gasto e inversión.
Stuart Crippin, socio y director del equipo de clientes privados de Seddons en Londres, afirma que "aunque tienen todo el derecho a disfrutar del dinero que ganan, es importante que no derrochen en exceso. Es muy fácil, sobre todo con el riesgo de influencias externas, gastar más de la cuenta. Hay muchos casos documentados de jóvenes ricos que, por una razón u otra, acaban dilapidando todo el dinero que ganaron".
En el otro extremo de la escala, sin embargo, algunos ricos pueden ser demasiado austeros, dicen los asesores. Christopher Groves, codirector del equipo de clientes privados y fiscalidad en Europa del bufete de abogados Withersworldwide, insta a la gente a donar dinero en vida en lugar de dejar las decisiones a sus herederos. "Demasiada gente se niega a sí misma la alegría de donar activos -ya sea a su familia o a una organización benéfica- y espera a morir. Es mucho mejor hacerlo en vida".
El asesor de inversiones Sydes está de acuerdo: "Aconsejamos a todos nuestros clientes ricos, independientemente de su edad, que utilicen su patrimonio para vivir la vida que quieran y dejar el legado que deseen, si lo hay, y que se diviertan mientras lo hacen".
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