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En el sector gastronómico las cocinas ocultas se han vuelto toda una tendencia. El portal Time Out sacó un listado de los mejores para visitar, algunos están en Grecia, EE.UU. o Bolivia
¿Un restaurante oculto? Sí, esta es una de las tendencias que existe en el mundo gastronómico: la oferta de una serie de lugares escondidos o que operan bajo la "clandestinidad de la evidencia". Son restaurantes, muchos de ellos de lujo, de cocina de autor y con prestigio, pero que operan de manera oculta, no les interesa mostrar lo que son, de ahí su exclusividad.
Por eso, esta categoría ya hace parte de toda una ruta turística. Por ejemplo, portales como Time Out sacan una lista periódica de los mejores restaurantes ocultos del mundo, por países, y regiones. Aquí le traemos las recomendaciones de seis de ellos que puede visitar alrededor del globo, con sus características e indicaciones para que sepa llegar (ver gráfico).
En esta ocasión, los seis restaurantes ocultos están ubicados en países como Alemania, Estados Unidos, Grecia y uno de ellos en Latinoamérica, en Bolivia.
Se trata de un moderno restaurante vegetariano y vegano, que ofrece platos complejos que desafían la mayoría de las ideas: aquí la comida es una mezcla híbrida de tradición con enfoques y técnicas futurista.
Aunque es oculto para los comensales, su cocina sí ha sido reconocida públicamente, pues Cookies Cream fue seleccionado como el mejor restaurante vegetariano de Berlín por la Guía Michelin en 2018 y ha sido galardonado con una estrella cada año desde entonces.
"Durante el tiempo de crecimiento, obtenemos la mayoría de nuestros suministros recién cosechados de nuestro agricultor en Krielow/Brandenburg. Nuestros platos cambian con las estaciones y aunque nos enfocamos en productos regionales, nos inspiramos en muchos lugares y sus productos. Durante el otoño y el invierno, la conservación y la fermentación nos permiten enviar rayos de los campos veraniegos de Brandeburgo a nuestros platos. Cookies Cream está en constante cambio y nunca es la misma, siempre fiel a nuestra creencia en productos prístinos: elegidos cuidadosamente, preparados con respeto y servidos con amor", se lee en la reseña del restaurante en su página oficial.
Pero ¿cómo saber dónde está?
El portal indica que hay que cruzar el centro de Berlín y pasar junto a una hilera de cubos de basura pestilentes; una lámpara de techo será la referencia para saber que ya se está en el lugar.
Algunos de sus platos son el repollo puntiagudo estofado con vadouvan aderezo de cítricos, crema de alcachofas y nueces o la yema de huevo onsen con caviar de algas 15 picatostes, crema agria y cebollino.
Una de las ubicaciones más curiosas las tiene este restaurante neoyorquino, que se encuentra dentro de una habitación de hotel. Aquí la oferta es poder cenar sushi en este speakeasy de apenas 15 m2. Tras reservar, los comensales reciben la llave de una habitación anónima en la planta 10ª.
En cuanto a su estilo de cocina, la idea es vivir una cena en la cual el chef tiene el control total para crear un menú adaptado a los gustos y preferencias individuales del cliente. "En Sushi By Bou el cliente puede confiar en el chef para crear una selección de platos con los ingredientes más frescos y de mayor calidad disponibles", dice el restaurante.
Se encuentra en el Hotel 32|32.
Entre las opciones de los mejores restaurantes recónditos se encuentra uno latino, ubicado en el inhóspito salar de Uyuni en Bolivia.
Es es un proyecto sostenible que, además de brindar una oferta gastronómica interesante, también ofrece la posibilidad de sus hermosos paisajes blancos como la nieve, sus lagos de agua dulce, sus maravillosas puestas de sol, sus volcanes y sus bandadas de flamencos.
En su menú, el restaurante fusiona sabores locales e influencias internacionales, seleccionando los mejores productos orgánicos, cultivados localmente.
Otra de las opciones se encuentra en uno de los lugares de lujo más apetecidos por los viajeros. El Cave of Nikolas se encuentra en Santorini, Grecia, en medio de una cueva excavada por manos humanas.
Originalmente, la cueva fue construida por un pescador para guardar su barco; más tarde lo convencieron a él y a su mujer para convertirla en una especie de restaurante improvisado para alimentar a los trabajadores locales.
Para que se antoje, el menú actual aún incluye muchos de los platos originales: las albóndigas de tomate, la ensalada de habas, la moussaka, el cordero y el queso chloro (un queso especial hecho con leche de cabra difícil de encontrar en restaurantes). Su oferta es una incursión en la cocina griega y se encuentra exáctamente en Akrotiri 847 00.
Una quinta opción es un restaurante oculto parisino, el cual se encuentra justo detrás de un gastrobar en el corazón del popular barrio del Marais.
En su diseño, el comedor pretende imitar un apartamento. El breve menú de clásicos asequibles, como cordero asado y foie gras en ballotine, recuerdan a una cena dominical en Francia.
"Ninguna carta, ninguna cartelera... Por fuera, no hay nada que deje pensar que se trata de un restaurante. Por dentro tampoco: cuando se entra, da la sensación de irrumpir sin haber estado invitado, ya que nos encontramos frente a un salón, un cuarto de baño y una cocina... ¡Bienvenidos al Derrière! uno de los establecimientos más enigmáticos de la capital", así los describe la Oficina de Turismo de París.
Aquí no solo se puede comer, también jugar una partida de tenis de mesa entre dos platos, leer o mirar una película después del postre.
Esta última opción, ubicada en Nueva York (EE.UU.) es una muestra de cuán tan cercanos ha sido la gastronomía y con el arte. Este restaurante está literalmente oculto tras una pintura de una galería de arte de Nueva York. Para hallarlo, hay preguntar en dónde se encuentra la obra abstracta del artista francés Toma-L. Y.
El espacio solo tiene 24 asientos y el menú es un delicioso batiburrillo, desde los sabores nítidos y limpios del marisco fresco a los ricos matices especiados del curry.
En sí, el Frevo sirve un menú de degustación centrado en ingredientes de calidad, enfatizando la simplicidad, la estacionalidad y las prácticas sostenibles. Para que se haga una idea de su asequibilidad, el precio del menú es de US$198 por persona.
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