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Además del Manchester United, los estadounidenses han invertido en clubes de la Premier League, como el Arsenal, entre otros
Al menos tres grupos de inversionistas, principalmente estadounidenses, han logrado pasar a lo que se espera que sea una fase final de la guerra de ofertas por el Chelsea FC de Inglaterra.
Si bien es posible que más postores pasen a la siguiente ronda, entre los que ya están allí se incluye un consorcio encabezado por el exejecutivo de Guggenheim Partners, Todd Boehly, otro por el cofundador de Apollo Global Management Inc., Josh Harris, y un tercero por la familia Ricketts, los propietarios de Los Cachorros de Chicago de la MLB, que se han asociado con el multimillonario administrador de fondos de cobertura estadounidense, Ken Griffin.
Raine Group, el banco comercial con sede en Nueva York que maneja la venta del propietario del Chelsea, el ruso Roman Abramovich, ha estado sopesando las ofertas presentadas antes de la fecha límite de ayer viernes.
El multimillonario Abramovich ha sido dueño del Chelsea durante casi 20 años. Puso el club a la venta después de la invasión rusa de Ucrania, lo que llevó al gobierno del Reino Unido a imponerle sanciones de gran alcance por sus vínculos con el régimen del presidente Vladimir Putin.
Desde que compró Chelsea en 2003, Abramovich ha invertido cientos de millones de libras para atraer a los mejores talentos futbolísticos a Chelsea y convertir al equipo en ganadores en serie.
El gran interés en el club por parte de los inversionistas estadounidenses refleja la reciente avalancha de dinero estadounidense en el deporte más popular del mundo. Harris ya posee una participación en el club Crystal Palace FC de la Premier League. Para su oferta de Chelsea, cuenta con el respaldo de Martin Broughton, ex presidente de British Airways, y Vivek Ranadive, copropietario de la franquicia de la NBA, los Sacramento Kings.
Además del Manchester United, los estadounidenses han invertido en clubes de la Premier League, como el Arsenal, el Burnley y el Liverpool FC.
La venta del Chelsea aún podría reducirse a algo más que dinero. Cualquier nuevo propietario deberá pasar las pruebas de idoneidad de la Premier League. El gobierno del Reino Unido, que congeló los activos de Abramovich y deberá otorgar una licencia especial para que se lleve a cabo la venta.
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