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Entre las marcas colombianas resaltan Maison Mahalo, Zoé y Folk Swim; y por el lado internacional, destaca la producción de MyMarini
Cerca de 20% de las aguas residuales y 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial son responsabilidad de la industria de la moda, según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (Unece). Esta cifra supera las emisiones de todos los vuelos internacionales y el envío marítimo juntos.
Por ello, marcas a nivel mundial, como MyMarini, han surgido para ofrecer una opción en el mundo de la moda que tenga un menor impacto en el ambiente.
Esta no es una tendencia que solo se presenta a nivel internacional. En Colombia han surgido iniciativas que usan fibras naturales y materiales provenientes del reciclaje del plástico hallado en las playas y océanos, como Folk Swim y Maison Mahalo, y otras como Zoé, que trabaja con comunidades indígenas.
Alejandra Ospina, fundadora de la plataforma para emprendimientos sostenibles, Tribeco, dijo que “por la naturaleza de la prenda, es difícil encontrar materiales que no sean plástico o poliéster, pero se han desarrollado fibras como Econyl, o PET reciclado que reducen el impacto ambiental y son usadas por las marcas”.
Transformación de los hábitos de consumo
Maison Mahalo no solo usa telas y fibras naturales o reciclables como el Econyl, sino que también busca educar a sus clientas y cambiar sus hábitos de consumo. Por eso, sus diseños también le brindan la oportunidad a sus usuarias de utilizar los vestidos de baño no solo cuando viajan, sino en su día a día como parte de su outfit. Los precios oscilan entre $190.000 y $215.000.
El trabajo con la comunidad indígena Gunadule
Zoé resalta la labor de las mujeres artesanas de Colombia, pues Lina Zuluaga, fundadora de la marca, trabaja con la comunidad indígena Gunadule para diseñar y elaborar vestidos de baño y accesorios para mujeres y hombres urbanos y contemporáneos. Dentro de sus diseños ofrece vestidos de baño de una y dos piezas cuyo valor va desde $250.000 hasta $270.000.
El cuidado de la tortuga Carey
Folk Swim tomó como inspiración para fabricar su última línea a la tortuga Carey, una de las especies más afectadas por la industria de la moda, pues su caparazón es usado para crear accesorios como joyas y marcos de lentes. Además, la marca utiliza materias primas que provienen del PET encontrado en las playas y reciclado. El precio de sus vestidos de baño de una y dos piezas está entre $150.000 y $200.000.
Segunda vida de los desecho del océano
MyMarini es una marca europea que diseña y produce vestidos de baño sostenibles usando telas y fibras que provienen de los residuos encontrados en los océanos. Además, organiza viajes de retiro de yoga, surf, meditación y natación para realizar reflexiones con sus consumidores. Sus prendas están certificadas por Öko-Tex Standard pues sus tejidos se componen 80% de poliamida y 20% elastano. Sus precios van hasta $726.999 por prenda.
El partido de ida, jugado en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, resultó en un empate 1-1, por lo que se espera un partido movido e intenso