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La ruta detalla el recorrido de regiones europeas como Jerez y hasta la llamada Iberia Caucásica, en Georgia, que destaca el sabor de su producción local
El clima cálido del Mediterráneo es una de las principales características que marcan las tendencias vinícolas del enoturismo en doce destinos seleccionados por la revista Vogue, en su más reciente edición. A través de la experiencia de viajes de enólogos globales ofrecen una ruta alterna para los concurridos sitios como Toscana, Burdeos o Napa.
La ruta detalla el recorrido de regiones europeas como Jerez, en España, y hasta la llamada Iberia Caucásica, en Georgia, que distingue la bodega de Iago Bitarishvili por vinicultores locales, ofreciendo una ruta turística casi que alrededor del mundo.
Si su sueño es recorrer el globo en búsqueda de los mejores vinos, esto es lo que le costaría viajar a doce destinos para poder consolidar una experiencia enóloga global. Es importante tener en cuenta que los precios están sujetos a modificaciones por temporada.
El primer destino es Jerez, España. “Sin duda, merece la pena viajar a las regiones de Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María”, afirma Ashley Santoro, directora de bebidas de Golden Age Hospitality.
Las condiciones geológicas que promete esta locación resaltan predominio de la albariza y un suelo rico en caliza, de color blanco casi brillante, escenario de amplios periodos de maduración. Viajar acá desde Bogotá, con estadía durante ocho días, le costaría $10 millones por persona.
Le sigue Kartli, en Georgia, conocida por ser la región vinícola que más tiempo lleva produciendo vino ininterrumpidamente. Esta región produce notas de vino brisado, que se obtiene de la cosecha de las uvas blancas fermentadas, dando como producto final una edición genuina con los elementos florales de un vino blanco y los taninos de un tinto. Ir aquí le costaría $10,6 millones.
“El vino primitivo es sin duda la carta de presentación de Apulia”, afirma James Butler, director de vinos de Delfina e Hilda and Jesse en San Francisco, que cita las denominaciones de origen de Nero di Troia, Aleatico, Susumaniello, Negroamaro y Malvasia Nera como las principales en la categoría de vino tinto y Verdeca y Fiano en la de blanco.
Puglia, al sur de Italia, es el destino seleccionado por sus cualidades vinícolas “no tan conocidas”, según la revista. El viaje hasta aquí, desde la capital, le costaría por persona $16,6 millones.
Yendo hacia Latinoamérica, el Valle de Guadalupe, en México, es un destino que también está siendo referencia por su escena gastro y variedad turística. “Las bodegas boutique del Valle experimentan con las uvas negras europeas, como Cabernet Sauvignon, Nebbiolo y Tempranillo, a menudo mezcladas entre sí”, dice Allison Luvera, cofundadora de Juliet Wine. Visitar este destino le costaría $9 millones.
El Valle de Pedernal, en Argentina, que todavía se considera como una región en desarrollo vinicultor, también es uno de los destinos alternos. Ir hasta acá le costaría $13.4 millones.
El siguiente destino es el valle de Okanagan, en Canadá, que se considera como una región relativamente nueva y cuya cadena de consumo se encuentra en Canadá misma. Ir hasta aquí le costaría $6.4 millones.
En Middleburg, Virginia, EE.UU., existen bodegas con cosechas que se destacan por su madurez y materia prima, y está constituida en su mayoría por pequeños productores locales.
Suiza es otro destino seleccionado que promete, a través del ferrocaril del Paso de Oro, una experiencia imperdible en torno a sus bodegas.
Hacia Europa central, en Szekszárd, Hungría, con genuinas variedades como la Kékfrankos (también conocida como Blaufränkisch), que produce un vino muy tánico y especiado. Francia, es otro destino figurado como videño clásico que le cuesta desde $7.7 millones.
Fuegos artificiales, noches de discoteca, grandes celebraciones y hasta lanzar globos de papel marcan la llegada del próximo año
Cada vez es más común encontrar comunidades de viajerosque buscan nuevas experiencias. Desde rituales centenarios hasta costumbres contemporáneas, cada país tiene su propia forma de vivir estas fechas