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El cantante Luis R. Conriquez, representante de música mexicana.
A principios de este mes, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, dijo en una publicación en las redes sociales que Estados Unidos había cancelado las visas de trabajo y turismo de los miembros de una banda mexicana
Las letras de canciones que alaban a los narcotraficantes están bajo escrutinio en México, donde funcionarios del gobierno están tratando de convencer a la administración de Donald Trump de que son socios en una batalla contra los grupos criminales del país.
A principios de este mes, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, dijo en una publicación en las redes sociales que Estados Unidos había cancelado las visas de trabajo y turismo de los miembros de una banda mexicana que mostró imágenes de un conocido líder de un cártel de la droga durante un espectáculo.
Desde entonces, políticos de diferentes partes de México han presionado para prohibir la música en conciertos públicos que, según afirman, promueven la delincuencia, la violencia y el narcotráfico. Líderes como el gobernador del estado de Michoacán han argumentado que tales prohibiciones contribuirían a promover la paz.
La polémica llegó a los niveles más altos del gobierno mexicano esta semana, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que si bien los municipios son libres de tomar sus propias decisiones respecto a los eventos, ella se opone a cualquier prohibición federal y que el gobierno no puede regular lo que la gente escucha en casa.
“No hay censura”, dijo Sheinbaum a la prensa este miércoles, añadiendo que es mejor dejar que “la propia sociedad decida dejar de lado este tipo de contenidos musicales, en lugar de poner una prohibición”.
La música popular regional mexicana, con sus melodías cargadas de metales, ha ganado fama en el extranjero, con estrellas modernas como Peso Pluma y Natanael Cano obteniendo miles de millones de visitas en las redes sociales y encabezando las listas de Billboard mientras renuevan estilos históricos.
Pero los artistas ahora se encuentran atrapados entre los fanáticos que quieren escuchar sus canciones más populares y las autoridades, los organizadores de eventos y la administración Trump, que ha designado a algunos cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras y ha presionado al gobierno de Sheinbaum para que tome medidas enérgicas contra el tráfico de fentanilo y otras drogas a través de la frontera estadounidense.
El cantante Luis R. Conríquez fue abucheado recientemente en un estadio tras negarse a cantar algunos de sus éxitos, incluyendo canciones con descaradas referencias a "Los Guzmanes", de Joaquín "El Chapo" Guzmán . Reportes de prensa local compartieron videos que mostraban a los aficionados destrozando instrumentos en el evento. Conríquez evitó la letra para cumplir con una orden de los organizadores, quienes habían amenazado con "apagar la música", según declaró en una entrevista reciente con Radio Fórmula.
Sheinbaum ha buscado fomentar alternativas, convirtiendo al gobierno en un entusiasta defensor de la composición de canciones y tratando de desviar la atención de la indignación.
Su gobierno está planeando su propio concurso musical abierto a mexicanos de entre 18 y 34 años. En un reciente video de TikTok, Sheinbaum instó a los posibles participantes a promover canciones sobre el amor, el desamor y otros temas además de las drogas y el crimen.
Las ganancias del año fiscal, excluyendo ciertas partidas, aumentarán 16% hasta los US$5,75 por acción, casi el doble de su previsión anterior