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Patek Philippe ya había realizado antes un cronógrafo de décimas de segundo, aunque solo en formato de bolsillo
La referencia 5470P constituye el perfecto ejemplo del modo de trabajar de Patek Philippe. No solo es capaz de medir décimas de segundo, sino que lo hace con precisión y elegancia. Una obra maestra por ahora solo disponible en platino.
Para Thierry Stern, presidente de Patek Philippe, es más importante ser el mejor que ser el primero. Es una enseñanza que aprendió de su padre Philippe Stern, anterior presidente, y que él aplica con rigor como máximo responsable de la firma desde 2009. Lo hemos visto en el más reciente y espectacular proyecto de la firma, la referencia 5470P, un cronógrafo de pulsera capaz de medir tiempos con una precisión de una décima de segundo. No es el primero del mercado que ofrece esta funcionalidad, pero sin duda es el más impresionante.
Patek Philippe ya había realizado antes un cronógrafo de décimas de segundo, aunque solo en formato de bolsillo. "Han sido 10 años de trabajo hasta lograr el resultado final", comenta el mismo Thierry Stern durante la presentación del 5470P. "Desde el inicio del proyecto teníamos claro que el cronógrafo tenía que cumplir una serie de requisitos. Tan importante era que indicara las décimas de segundo, como que lo hiciera de un modo elegante, con la garantía de la mejor precisión, y en un reloj lo más delgado posible. Ha sido necesario desarrollar muchas soluciones que no existían hace una década. De ahí el largo tiempo que nos ha llevado este proyecto".
Los datos que aporta la casa avalan el discurso de su presidente. El 5470P, un reloj en apariencia sencillo y con una imagen tirando a clásica, acumula en su interior nada menos que 31 patentes de Patek Philippe, siete de ellas específicas de este modelo.
Petición de muchos coleccionistas
Tanto el presidente de la firma como Philip Barat, responsable de Desarrollo de la manufactura, reconocen que este cronógrafo responde a una antigua petición de muchos coleccionistas. Puede sonar extraño a personas ajenas a la relojería, acostumbradas a medir intervalos de tiempo con la precisión de hasta una centésima con su móvil o smartwatch.
La relojería mecánica es otro mundo: la gran mayoría de los movimientos del mercado funcionan con una frecuencia de 28.800 alternancias a la hora y, por tanto, el intervalo más corto de tiempo que son capaces de medir es un octavo de segundo. Poco útil, la verdad. "La parte más sencilla del desarrollo del 5470P fue el aumento de la frecuencia hasta las 36.000 alternancias", comenta Barat. "Hicimos pequeños ajustes técnicos en el calibre CH 29-535 PS". El movimiento al que se refiere Barat se presentó en 2009 y desde entonces es la base de trabajo de todos los cronógrafos manuales de la manufactura. "Pronto vimos que eso no servía y que el problema era conseguir una lectura eficaz de las décimas de segundo. El segundero normal no era suficiente porque el espacio disponible es tan pequeño que hace imposible la lectura".
Curioso modo de lectura
La opción más lógica habría sido dedicar una aguja en exclusiva a la indicación de las décimas de segundo. "Es la solución que han elegido otras firmas, pero tampoco era la óptima para nosotros", confiesa el relojero. "Estas agujas dan una vuelta a la esfera en un segundo. Es un movimiento muy rápido que apenas te deja seguir el trayecto de la manecilla. Preferimos seguir nuestro propio camino". La solución no ha podido ser más curiosa y controvertida.
Si observamos la esfera del 5470P, de su eje central parten dos estilizadas agujas. La primera, de acero en acabado arenado, señala los segundos del cronógrafo del modo tradicional y cubre una vuelta a la esfera cada 60 segundos. La segunda aguja, roja, indica las décimas y completa una vuelta en 12 segundos. Una vez parado el cronógrafo, basta con ver qué tramo del segundero señala esta trotadora para saber la décima de segundo correspondiente. Aprender esta lectura algo de tiempo, pero Barat insiste en que es la solución más elegante y precisa que han encontrado.
La presencia de esta segunda aguja sí que ha supuesto un verdadero suplicio técnico, y es la causa del altísimo nivel que tiene el reloj. Para empezar, está fabricada en Silinvar, el silicio que usa Patek Philippe, y cuyo ligerísimo peso permite reducir la necesidad de energía extra. Además, han tenido que desarrollar un dispositivo de doble rueda (una rígida y otra flexible) que atenúa los golpes que recibe el mecanismo en un uso normal y logra que no afecte al perfecto funcionamiento del cronógrafo. Todo esto en un movimiento de 6,96 mm de grosor, apenas 1,7 mm más que el CH 29-535PS e incluso más delgado que su versión rattrapante (los cronógrafos de doble aguja de segundero).
Piezas con cuentagotas
En la firma han preferido que la nueva referencia 5470P se incorpore al catálogo general de la firma, y no dentro de Patek Philippe Advanced Research, la línea de relojes más experimentales. Es una confirmación de la voluntad de la manufactura por ir incorporando piezas cada vez más tecnológicas a su colección. No es edición limitada, aunque su dificultad técnica ya nos advierte de que muy pocas piezas saldrán a la venta cada año. El precio también es acorde con su nivel tecnológico.
Patek Philippe no informa de la cantidad en nuestro país al depender de los cambios de cotización monetaria y los plazos de entrega. Pero nos podemos hacer una idea a partir del publicado en Suiza, y que actualmente ronda los 380.000 francos suizos, lo que supondría alrededor de 388.000 euros (US$379.000)
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