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Cifras de Euromonitor Internacional muestran que las unidades de cigarros vendidos en el último quinquenio se han reducido 19%
Fumarse un habano o un puro es un acto que remonta a la época de Cristóbal Colón y, por lo mismo, podría creerse que se trata de un producto ‘vintage’ o pasado de moda, pero lo cierto es que iría en ascenso.
Juan Camilo Rodríguez, socio fundador de Bribón (compañía de tabacos premium) cuenta que después de la pandemia la demanda se ha incrementado, en parte por una mayor variedad de referencias y precios.
“La gente se está interesando por el tema, lleva cultura, historia y cuando empiezan a fumar se dan cuenta que no es lo mismo que un cigarrillo, por ejemplo, e incluso encuentran que más que un hobby puede ser un estilo de vida”, señala.
Las cifras confirman este buen momento, no solo para los puros, sino para el tabaco en general, pues Euromonitor Internacional registra que en el último año este mercado movió en Colombia más de US$980,4 millones. Y la variación en el último quinquenio es de 92,4%.
El producto, además de conquistar consumidores, también tendría un peso importante en la historia de las exportaciones del agro colombiano.
El economista Wilfrido de Jesús Primo cuenta en su investigación ‘Tabaco en el siglo XIX: contribución al desarrollo económico y empresarial de Colombia’ que el tabaco fue por un tiempo base de la economía nacional y habría facilitado la entrada del agro local a mercados internacionales.
Hasta 2013, el producto seguía teniendo su relevancia con una producción de hasta 15.000 toneladas al año, la cosecha se enfocaba, principalmente, al tabaco rubio (que se usa para fabricar cigarrillos comunes), pero un cambio de hábitos de los consumidores y las decisiones de grandes del mercado como Philip Morris de abandonar la producción en el país habría jugado una mala pasada.
La producción empezó a descender, en 2014 llegó a 13.000 toneladas y de ahí a 2019 cayó casi 23% decreciendo hasta 10.000 toneladas, según cifras del Ministerio de Agricultura.
Del lado de las exportaciones el panorama tampoco es el más favorable, de enero a abril de 2022 la cifra llegó a US$649.918, lo que representaría, como registra el Dane, una contracción cercana a 90% versus el mismo periodo del año anterior cuando el rubro fue de US$6,4 millones.
Si bien los agricultores se han dado a la tarea de continuar con las cosechas para atender al mercado nacional y a una que otra tabacalera del exterior, el camino entonces, según explica Heliodoro Campo, presidente de Fedetabaco, sería migrar hacia una hoja de mejor calidad para apuntar al tabaco de lujo (como los puros).
“Hay que ver la posibilidad de establecer cultivos con variedades diseñadas para la fabricación de cigarrillos de alta calidad, porque hay una tendencia de cambiar de consumo. Sobre eso venimos trabajando y avanzando. El grueso del tabaco que se tenía era el rubio con destino a la fabricación de cigarrillos, con lo que hay que pasar al negro. Es un tema que debe hacerse de manera mancomunada con empresas”, dice Campo.
Pero ¿por qué cada vez menos empresas se animan a apostarle al cigarrillo tradicional? La respuesta estaría en un menor consumo tanto en el país como en la región con 181.350 y 10.515 unidades para 2021 respectivamente y una contracción de 9,7% y 19,2%.
La cifra a 2026, según estima Euromonitor podría seguir contrayéndose 32,8% en Colombia, lo que lanza una señal de alerta a los productores para migrar, por ejemplo, al tabaco negro.
Ahora, de vuelta a las grandes del cigarro, compañías como Philip Morris no solo han abandonado los mercados, sino que también han puesto su atención en alternativas como tabaco sin humo o vapeadores.
‘Iqos’, es el dispositivo de tabaco calentado, con el que la compañía ha acompañado a los consumidores en su proceso de dejar de fumar. A nivel mundial han alcanzado más de 21 millones de usuarios en más de 71 países y en Colombia la cifra llega a 80.000. La compañía apunta a que para 2025 50% de sus ingresos vengan de productos sin combustión.
“Para el desarrollo de esta categoría de productos, desde Philip Morris International hemos invertido más de US$9.000 millones en investigación, desarrollo y producción para ofrecer a los adultos fumadores alternativas libres de humo”, añade Silvia Barrero, vicepresidente de Asuntos Externos para el Clúster Andino de la compañía.
Por su parte, Euromonitor International registra que esta mercado sin humo, en el que se incluye el tabaco masticable, movió más de US$79,9 millones durante 2021, con un crecimiento de 1.231% desde 2016.
La cifra no solo muestra la buena acogida de estos productos en el mercado local, sino que también tiene una proyección optimista, de un crecimiento de 458,6% adicional a 2026. Lo que según concreta Juan Sebastián Rodríguez, CEO de DYI, empresa que vende vapeadores, respondería a un mayor número de usuarios dejando el cigarrillo.
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