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La compañía familiar, de origen puertorriqueño, produce esta cantidad al año y si visita la Hacienda Santa Ana puede ver todo el proceso
Así como el mojito es la bebida de La Habana, la piña colada es la bebida de San Juan. Cuenta la leyenda que en la capital de Puerto Rico fue creado este coctel, tan repetido geográficamente cuando se visita alguna playa. Aunque los conocedores no se han puesto de acuerdo en la historia, muchos señalan que fue un bartender, en el Hotel Caribe Hilton de San Juan, quien inventó la bebida y cambió la historia para siempre.
Esto solo es importante para señalar que, al igual que muchas islas del Caribe, Puerto Rico era y es un gran productor de ron. Y una de las compañías detrás de ese negocio es Ron del Barrilito. Creada por la familia Fernández en 1880 en Bayamón, la compañía toma su nombre de la forma en que se servía el ron inicialmente: en pequeños barriles o barrilitos, que se vendían principalmente a amigos y familiares.
Luego de haber vivido en Francia, su fundador, Pedro Fernández, obsesionado con el método que usaban los franceses para preparar el cognac, aprendió cómo elaborar licores añejos. Habiendo estudiado ingeniería con prohombres de la talla de Eiffel, Michelin y Cartier, Fernández se sintió inspirado y regresó a Puerto Rico con el objetivo de hacer una disrupción en la forma como se elaboraba en el momento el ron añejo.
El licor, producido en barriles de roble americano blanco empañados en jerez, se fabrica con las mismas técnicas desde sus orígenes, lo que lo convierte en un ron artesanal. Reposa entre seis a 10 años para la variedad tres estrellas, y de 20 a 35 años para las de cuatro y cinco estrellas, por lo que se producen unas 180.000 botellas al año. Además, usa agua de lluvias, gracias a que la fábrica se construyó sobre un tanque de agua, lo que hace que su proceso sea sostenible.
Estas dos últimas referencias son ediciones limitadas de Ron del Barrilito, que aunque están hechas con el mismo proceso usado durante más de un siglo, incorporan rones más antiguos en las mezclas.
Hoy en día es posible visitar la Hacienda Santa Ana, en Bayamón, donde se puede recorrer la historia, la fábrica y las barricas de Ron del Barrilito, además de probar cocteles elaborados con el producto. Desde noches de cigarros, hasta un tour de cata y otro de mixología es posible reservar en la hacienda, vigilada permanentemente por el molino de caña original, que hoy se usa como salón de conferencias.
*Invitada por Discover Puerto Rico
Y es un negocio más a sumar a otros tantos que ya atesora como su cadena hotelera MIM en Ibiza, Mallorca o Andorra, entre otros lugares
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