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Andrés Cepeda se prepara para su primer concierto solista en el estadio de la capital, que tiene una capacidad para 44.000 personas. La fecha será este 13 de diciembre
Luego de hacer cinco sold out en el Movistar Arena, el siguiente escenario que pisará el cantante Andrés Cepeda será el Estadio Nemesio Camacho El Campín, a donde llegará con su tour ‘Nuestra vida en canciones’ el próximo 13 de diciembre para darle cierre a su gira por 14 ciudades de Colombia.
Sobre esto, además de su último sencillo ‘Cariñito’, cómo ve la industria musical en Colombia y lo que hay detrás de la marca Andrés Cepeda, habló en entrevista el cantante bogotano que ya acumula 30 años de trayectoria musical y ha sido merecedor, en cuatro ocasiones, de premios Grammy.
Esta canción surge de un recuerdo de mi infancia, específicamente mi graduación del colegio, pues esa fue el himno emblemático de mi promoción. Para reinterpretarla, me puse averiguar sobre este sencillo y me di cuenta que había nacido en Perú y no en Colombia. Así que para añadirle otro toque latino decidí buscar a Ángeles Azules, una agrupación de cumbia mexicana, con quienes logré darle un nuevo aire.
“Las grandes infraestructuras en las que se cuenta con una mayor participación de público, son espacios donde los grandes artistas pueden hacer shows de alto nivel”
Ya hicimos la mitad de esta gira. Estuvimos en escenarios como Sincelejo, Montería, Cartagena, Ibagué, entre otros. Faltan conciertos en Bucaramanga, Valledupar, Neiva, Barranquilla, Cali, Medellín y cerraremos en Bogotá.
Para mí El Campin es un escenario especial, un lugar muy inspirador. Es tal vez el escenario más grande que tenemos actualmente. Si bien no es una arena creada para la música, ha funcionado muy bien para este tipo de shows. Tanto que, ahora, después de mi concierto, el estadio entrará en una etapa de renovación. Esto es importante porque hay un gran público que necesita espacios como estos para ver a sus artistas. Esto puede generar o que exista un nuevo espacio igual, o más grande, o que se adecué aún más.
Colombia es muy importante, de hecho, nos demoramos un poco en entrar en esa movida que otras ciudades latinoamericanas ya lo venían haciendo con mucho éxito. Entre ellas, Buenos Aires, Lima, Quito, o varias de Brasil.
Pero, somos un gran escenario, con una audiencia muy diversa, oyen de todo, nos presenta como un mercado interesante, por eso vemos a tantos artistas internacionales de la mano de grandes empresas productoras de conciertos que viene a hacer sus eventos. La misma persona que irá a ver Paul McCartney, irá a ver a Shakira o a Cepeda que se presenta este 13 de diciembre.
Tenemos El Campín, el Movistar y Arena Bogotá, pero necesitamos más lugares con más capacidad. Así como también necesitamos espacios especiales con menos capacidad para otro tipo de tamaño de eventos. Lo que sí es cierto es que definitivamente estamos viendo que Bogotá se ha convertido en una capital que atrae muchas giras y tiene suficiente audiencia para soportar esa oferta.
Somos todo un equipo trabajando. Hay un área de promoción, otro de producción de show y otra discográfica, de management; también hay un equipo de prensa internacional. Somos un combo grande y detrás de eso hay mucha gente que da su aporte para que la maquina pueda funcionar. Yo me encargo de dar buenas ideas, de que ellos me las respalden, de escribir bonitas canciones y de lograr financiar toda esa operación para que a final podamos hacer lo que más nos gusta: producir música y hacerlo a través de un escenario.
Al inicio de la carrera como artista uno no piensa en eso, es muy romántico, a mí me pasó, pero en el camino se va dando cuenta que así funciona. Que hay una serie de funciones del equipo que deben respetarse, que hay unas metas que deben cumplirse y un presupuesto que debe funcionar para que podamos seguir haciendo eso que nos apasiona que es tan intangible: la música. Para que eso funcione tiene que tratarse como una empresa, y también como una marca. Hay que cuidar las dos cosas: ser capaz de entender que eso existe y que eso no debe alterar la parte artística, sino apoyarla. De eso se trata esa simbiosis entre lo gerencial y la parte creativa. Esos dos mundos deben trabajar juntos.
Que, si uno quiere perdurar en el tiempo y lograr un alcance mayor, tiene que entender que esa estructura debe funcionar así, que también somos una marca.
Uno no se fija mucho en eso y resulta que cada vez que visitamos una ciudad, alrededor del evento se mueven muchas cosas más, hay una cantidad de ventas, activaciones hoteleras, de servicios de alimentación y de merchandising. Resulta que eso trae unas pequeñas bonanzas o picos económicos a cada ciudad a donde llegamos. Y cuando una ciudad tiene una actividad cultural constante y permanente, y aprovecha esos momentos a parte de lo recreativo, hay gente que se beneficia mucho de lo que pasa alrededor de los shows.
Más allá de los reconocimientos, busco la posibilidad de seguir haciendo música por mucho tiempo, hacer más álbumes, conocer a más artistas y productores, pisar más escenarios y llegar a más audiencias. Esto es un tema de nunca acabar, y es un aprendizaje que nunca termina.
En una industria tan dinámica como la nuestra, en la cual todo cambia a una velocidad tan vertiginosa, hay que estarse adaptando constantemente. Ya no son los discos, sino los CD, ya no es el Mp3, sino las plataformas. Los que podamos adaptarnos a eso, vamos a sobrevivir. Hay que adaptarse, cuidando la parte creativa y artística.
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