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El cielo abrió un nuevo modelo de negocio. Se trata de un lujoso hotel ubicado en Medellín y que contó con una inversión de US$12 millones
Un hotel de lujo es el nuevo modelo de negocio con el que el Grupo El Cielo, fundado por el paisa, Juan Manuel Barrientos, incursiona en otro nivel del turismo. Y es que mientras muchas empresas de la hospitalidad tuvieron que hacer movidas para recuperarse de la actual crisis económica, producto de las restricciones por la pandemia, El Cielo estaba abriendo un nuevo restaurante en Washington, y ahora, lo propio con este complejo en Medellín que figura con increíble detalle, y hasta inversiones de US$535.000, por habitación.
Por eso, ‘Juan Ma’, como se le conoce entre la industria, en Inside LR habló sobre el nuevo proyecto, la importancia que tiene para la renovación constante que tiene El Cielo como marca, sus inversiones, y las dificultades que la gastronomía ha tenido que soportar en Colombia y Estados Unidos.
¿Cómo está El Cielo después de la crisis que empezó el año pasado?
La marca El Cielo está fortalecida, tuvimos un cierre de 2020 con números que se fueron en negro, pero dimos utilidad a pesar de la pandemia. De los ingresos que teníamos proyectadas para 2020 logramos 10% o 15%. Dentro lo positivo, en marzo de 2020 teníamos nueve unidades de negocios y en este momento tenemos 15. Otro dato es que pasamos de tener 300 empleados en marzo de 2020 a 350 en marzo de 2021, entonces tuvimos un crecimiento en la empleabilidad en toda la cadena de negocio. Y, El Cielo Miami, en enero, febrero y marzo rompió récords en ventas, en marzo de este año llegó a hacer 200% de la facturación comparado con ese mismo mes tanto en 2019 como 2020.
¿Si hablamos en cuestión de restaurantes de las sedes de EE.UU., Medellín y Bogotá, cuáles fueron los puntos con mayores retos en medio de la pandemia? ¿Dónde sintieron especialmente el golpe de las restricciones?
El golpe lo sentimos en todas partes, pero fueron distintos. En EE.UU. tenemos restaurante en Miami y Washington, y tener empresa en cada estado de ese país es como tener dos compañías en dos sitios distintos, porque hay normas federales y estatales. En Miami cerramos ocho meses no seis como Colombia, el Gobierno de Florida dejó abrir a los seis meses. Allí teníamos permiso de funcionalidad, estábamos con domicilios. En cambio, en Miami no pudimos hacerlo porque no se podía viajar. Para abrir de nuevo en Miami, nos tocó que volver a llenar inventario, pedir los permisos y conseguir vuelos humanitarios para ir a trabajar. Entonces abrimos en Miami al octavo mes. La historia de Washington es distinta, nosotros ya teníamos contratado a finales de febrero de 2020 toda la construcción de El Cielo, entonces durante toda la pandemia se paró dos meses la construcción y en vez de terminar en mayo, se terminó en diciembre.
Aún hoy se siente el efecto de la pandemia en los restaurantes, hay cuarentena en Bogotá de nuevo, ¿cree que hubo apoyo suficiente para este sector en medio de la crisis?
Admiro profundamente la forma en que el Gobierno Nacional manejó la pandemia, sin embargo, el tema de restaurantes como industria no existe, no porque sea este gobierno, es porque así está la estructura de este país. Hoy no hay una mirada completa al sector de turismo como tal ,y al de la hospitalidad. En medio de la crisis no tuvimos con quién hablar, alguien que nos representara a nosotros. Entonces hoy el turismo es uno de los sectores que inyecta plata en el país, quizás más que otros renglones de la economía, por lo que la pregunta es por qué nosotros no tenemos un ministro o un viceministro, por qué no hay representación, por qué no hay subsidios. Y esto último es porque en Colombia los impuestos los pagan las empresas, no los ciudadanos, lo cual hace difícil las ayudas. Cuando una empresa tiene que cerrar o quiebra, todo el sistema taxativo del gobierno se ve afectado.
¿Cómo se comportó el sector de las ayudas a la nómina y que más hizo falta para apoyar este eslabón de la economía?
Las ayudas de los subsidios de nómina fue una buena intención pero fue insuficiente porque, por ejemplo, en mi caso, tengo más de 300 empleados y sacaron subsidios de 50 o 40% de la nómina, se quedaron cortos. Además, cuando los dieron, para ese tiempo las empresas habían despedido 80% de sus empleados. Nosotros por tener una buena relación con los bancos en la primera semana de la pandemia ya teníamos aprobado los créditos con los que sobrevivimos todo el tiempo y que aún tenemos en flujo de caja, pero, otra gente no tuvo esa oportunidad. Entonces la banca dejó tirada a la industria de restaurantes al punto de que un año después, perdió 53% de los negocios del país.
Un tema del día es la exclusión del IVA a bienes de la canasta familiar, habría alimentos que tendrían un efecto en su precio final; ¿qué tanto le preocupa este tipo de propuestas que hay en la reforma tributaria, puntualmente para el negocio de los restaurantes?
Ese tipo de medidas afecta más a la canasta familiar que a un restaurante en sí, porque, en mis costos de lo que facturo en un año, los cuatros ítems grabados representan 1% de la materia prima que utilizo, porque en El Cielo es más de un langostino o un salmón, otros ingredientes más costosos que un café y huevos. Las variables de un restaurante arrojan que si se graba con impuestos el café, no es grave para una compañía que no solo vive de ese insumo.
La gran novedad por estos días para el grupo, es ese salto de restaurante a un proyecto hotelero. ¿Por qué se da ese cambio y qué hay detrás de esta inversión?
Para nosotros no es nuevo abrir un nuevo hotel porque ya llevamos 14 años en el sector de la hospitalidad. Entonces hoy tenemos una experiencia en atender intensivamente un cliente durante tres horas, ahora lo vamos a pasar a atender 24 horas. Nos dimos cuenta que teníamos que generar entre los productos y los servicios, una experiencia, e impregnar nuestro ADN de El Cielo.
Se han visto detalles del hotel, hay cuidado y diseño en cada rincón, ¿somos un buen turismo de lujo?
Nosotros somos el hotel que por habitación más ha invertido dinero en la historia de Colombia. Tenemos las habitaciones más caras, eso muestra que le estamos invirtiendo al lujo y a las experiencias. Además, estamos aliados con empresas que amplían la oferta, desde pedir un helicóptero hasta un tour por la ciudad o uno gastronómico por nuestros restaurantes.
¿Cuál fue la inversión que realizaron en el hotel?
La cifra de inversión en el momento que se hizo era cercana a US$12 millones, y la valoración hoy del hotel ya en funcionamiento es de US$15 millones.
Desde la apertura hasta hoy, ¿cómo les ha ido en términos de reservas?
Cuando abrimos la ocupación de hotelería en Medellín estaba en 18%. Nosotros lo hicimos con 25% de ocupación. Hoy, por la tercera ola, estamos en 12%.
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