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La poeta estadounidense de 77 años y profesora de yale tiene 12 libros publicados y fue la ganadora en la edición 117 del nobel
A sus 77 años y después de 53 años de publicar su primer libro, Firstborn, la poeta estadounidense Louise Glück ganó el Premio Nobel de Literatura 2020. La laureada no estaba entre los nombres más sonados para la entrega de este reconocimiento, pero en el mundo de la poesía es una de las autoras más prodigiosas del momento.
La entrega, que fue la número 117 de la Academia Sueca, deja a la escritora con cerca de US$1,1, millones en premio y además un reconocimiento único que suele aumentar las ventas de libros de forma significativa, más para un género tan poco comprado. “Por su inconfundible voz poética, que, con una belleza austera, convierte en universal la existencia individual”, esas fueron las razones por las que los miembros de la Academia Sueca anunciaron que la poeta era la ganadora. De las obras de Glück destacaron Averno, publicada en 2006, y de la que afirmaron se trata de una “obra magistral”.
Los 12 libros publicados están basados en sus vivencias y sus versos son casi que un recorrido por su vida. “Ella es una poeta que escribe en un lenguaje coloquial y escribe sobre los hechos de la vida cotidiana, en sus obras tales hechos tienen diálogos con lecturas de poetas clásicos y griegos; ella suele hacer mención de grandes poetas, pero en el ámbito de la casa, de la cocina, de un desayuno, entre otros asuntos muy cotidianos. Además, habla de las emociones más importantes del ser humano, eso es precisamente lo que emociona de su poesía, que ella habla de las emociones más profundas que de alguna manera nos caracterizan a todos”, explicó el poeta Federico Díaz Granados.
El recorrido autobiográfico iniciaría entonces con Firstborn, publicado en 1968, con el que ganó el New American Library. Esta obra está enfocada en la adolescencia y los problemas que se atraviesan en esta etapa, pues todos sus personajes están descontentos o enojados; las palabras las complementa con un tono lírico único. Más adelante entre 1975 y 1976 publicaría The House on Marshland y The Garden; el primero una colección de poemas sobre temas como la infancia y el bulling, y el segundo un poema dedicado al amor, pero con un toque sombrío.
Con el tiempo, los títulos que publica entre 1980 y 1992 van cambiando su enfoque y ahora hablan sobre problemas más profundos. Acá además se ve un enfoque en el psicoanálisis, por lo que sus obras venideras llegaron a ser tan intrincadas como envolventes. Y así llegamos a 2006, cuando publica Averno, su insignia, una guerra entre el bien y el mal en la que el cuerpo es el bien y la muerte el mal.
Sus publicaciones en The New Yorker han atraído a miles y Dan Chiasson señaló, que no había nadie con más merito para recibir este galardón, ya que “su trabajo es íntimo y grandioso y atrae no solo a quienes leen poesía, sino a los que no”.
La recepción del premio en el gremio
“Las obras las publica una editorial sin circulación en Colombia y además escribe poesía, un género poco comercial. Esto es algo que muchas veces hace la Academia, seleccionar autores poco comerciales”, explicó Felipe Ossa, gerente de la Librería Nacional. En contraste, para los escritores el galardón no sorprende pues la autora ha ganado decenas de premios. En 1993 se quedó con el Pulitzer de poesía por The Wild Iris, que también le valió el premio William Carlos Williams. Un año después sus ensayos Proofs and Theories se ganaron el PEN Martha Albrand. También se quedó con el premio Rebekah Johnson Bobbit por su obra Ararat.
El partido de ida, jugado en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, resultó en un empate 1-1, por lo que se espera un partido movido e intenso