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El restaurante busca combinar lo mejor de la picardía de los jóvenes, junto con las experiencias de ir a comer a la casa de las abuelas
Via del Cuore es “un pedacito de Italia” en la Zona T de Bogotá, pues nació de una visita de sus creadores a una de las cuadras más románticas del país europeo, pero con la idea de cautivar a los jóvenes que aman la pizza y las pastas.
El lugar está ambientado con luces tenues, y un característico tono rojo con blanco que acompaña las paredes y las decoraciones del lugar.
La atención al detalle es otra de sus facultades, pues además de mostrar un sitio romántico y juvenil, buscan que los comensales se sientan como en casa de sus abuelos, algo que logran muy bien con el tipo de vajillas y el servicio que tienen.
Esto último, va de la mano de la picardía juvenil, pues cuentan con unos mensajes o preguntas divertidas en sus servilletas que fomentan la conversación en la mesa. Así mismo, cuando se piden cocteles para acompañar los alimentos, se les entrega una tarjeta a los comensales que los motiva a jugar verdad o reto, para que los más jóvenes puedan hacer de su cena un momento de risas y diversión.
En cuanto a los alimentos, la idea de los chefs es, tal como lo buscan en cada uno de sus detalles, que pueda sentirse Italia en el paladar. Por ello, tienen proveedores específicos que se encargan de nutrir las cocinas con productos traídos directamente del país de la pizza.
Sin embargo, la idea también es contar con frutas locales, por lo que se encargan de elegir las mejores para que cada comensal disfrute de combinaciones únicas.
Como ejemplo de ello, está una de las pizzas creadas por el chef Simone Mua, la mango nduja, que combina salsa pomodoro, salchicha italiana, mango caramelizado y mozzarella.
Ahora, si se trata de creaciones, otro de los responsables es el chef Antonio Mua, quien se roba el espectáculo, pues a sus 84 años disfruta haciendo cada una de las pastas que se degustan en el lugar, a mano. Él se ha convertido en uno de los distintivos del restaurante, pues tanto los transeúntes que pasan por la calle 83 como los comensales disfrutan viéndole hacer arte con sus manos.
En una vajilla típica de las abuelas italianas, ofrecen una pasta en forma de ñoquis en salsa blanca trufada con queso parmigiano DOP y carpaccio de trufa, una combinación ideal para quienes disfrutan las pastas cremosas.
En la carta se encuentra como tiramisú di pistacchio, y tal como su nombre lo indica, consiste en una crema de pistacho, soletilla al Bailey’s y un crumble de pistacho, perfecto para cerrar una cena al mejor estilo italiano.
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