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En el centro histórico de la ciudad está el Gato Gris, un restaurante que busca atraer turistas y locales con su comida internacional con toques colombianos
Si usted recibe a un amigo extranjero, ¿a qué lugar de Bogotá lo llevaría? Seguramente se le pasó por la mente traerlo al centro histórico de la ciudad, donde las casas coloniales se alzan a los costados de las calles empedradas que parecieran estar congeladas en el tiempo.
Ahí, en pleno centro de la Candelaria, se alza el Chorro de Quevedo, que, según la historia, sería el lugar donde se inició lo que hoy conocemos como Bogotá. Allí convergen estudiantes universitarios, turistas y locales para buscar experiencias culturales en la capital.
En este lugar se encuentra Gato Gris, un restaurante que busca brindar a los comensales experiencias de cocina internacional con toques colombianos. Su estética colonial hace que las personas se transporten en el tiempo. Lo que destaca en primera instancia es que no tienen un menú, sino que cuentan con un “repertorio de melodías gastronómicas”.
Dentro de este se pueden encontrar entradas, platos fuertes con pastas, pescados, junto a opciones “fit” y “fat”. Al igual que una amplia sección de bebidas.
Dentro de las opciones que podría pedir para iniciar su experiencia gastronómica se encuentra ‘la trampa del gato’ que se basa en una selección de quesos (paipa, brie, siete cueros y sabana) y carnes frías (chorizo español, pernil de cerdo, peperonni y jamón serrano), fruta y focaccia junto a dos copas de vino por un valor de $90.000.
Otra entrada para pedir es la burrata al horno que va encima de una cama de tomates tatemados, albahaca, queso parmesano y pesto. Se acompaña con pan artesanal pasado por la parrilla.
Si a usted es le gustan los pescados, podría elegir una corvina rey sol, que va acompañada por un quinotto y salsa de gulupa, acompañada de kale frito.
Para acabar de vivir la experiencia, podría pedir algo de su sección de postres en la cual están opciones como ‘La gata golosa’: su torta de chocolate; o un merengón siete vidas con polvo pop de menta
La "lasaña del gato” tiene peculiaridades en su preparación y emplatado, está elaborada con láminas de pasta artesanal hecha en casa, con la particularidad que esta se enrolla y no se pone en capas. En su interior tiene pollo y espinaca. Se acompaña con una focaccia de la casa.
Esta pechuga es la inspiración del tradicional cordon bleu, es una porción de pollo que esta rellena de queso y kalamatas, envuelta en tocineta ahumada y bañada en una salsa cremosa de queso y setas: “La mezcla del felino babou”. El precio de este plato es de $45.000.
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