La tarea de Nicolás Maduro sería preservar la economía venezolana y adoptar políticas para el crecimiento económico con riqueza interna en su país, más que promover controversiales reformas constitucionales que además de poco útiles, espantan a los inversionistas.
Maduro planea modificar la Constitución para que el féretro del fallecido presidente, Hugo Chávez, permanezca en el Panteón Nacional y por ahí podrían arrancar nuevas tentaciones, que con el poder que hereda podrían llevarlo incluso hasta promover otras reelecciones de ese proyecto político.
Es un hecho que Maduro podría ser la carta del continuismo del chavismo en el gobierno de Venezuela, si se cumplen las cábalas de los analistas sobre los resultados de las elecciones del próximo 14 de abril.
Tras la muerte del Coronel Chávez, cuando apenas acababa de ganar su reelección continúa tras 14 años al frente de los destinos de nuestros vecinos, podría bien ser su fantasma el que le reúna los votos a su designado sucesor en el mando.
Ahora Maduro podría consolidarse como gobernante de los venezolanos hasta el próximo año de 2019, eso si no se amaña y decide seguir al pie de la letra los pasos de su jefe y “padre” con más cambios en la Carta Magna.
Maduro es tildado por los expertos como un fiel seguidor de Chávez, pero también como un hombre práctico sobre el que ahora podrían recaer las esperanzas de sus gobernados. Esperemos que pueda cumplir con el propósito de llevar a Venezuela por los caminos del crecimiento.
Lo ideal es que los pueblos auto determinen su gobierno y gobernantes, eso es lo que dicta la Carta de la OEA y la ley natural de la democracia, por eso unas elecciones en paz en Venezuela les convienen a todos en general.
Ya Maduro anunció que utilizará sus poderes ojalá que todo ese poder que podrá recibir de sus electores sirva para bien de todos y que el pragmatismo que se le conoce lo oriente hacia un mejor futuro económico.
Como presidente encargado de Venezuela, Maduro anunció que pretende manejar a Venezuela con los mismos lineamientos de su antecesor, pero también sabe que hay ciertos toques que se requieren para atraer inversión y desarrollo.
Así se enfrentarán el heredero de un gobierno que arrancó en 1999 y su contendor de la oposición Henrique Capriles, con el antecedente de que han sido millones de dólares los que Venezuela viene gastando en comicios, las de abril serán las terceras elecciones en cinco meses, esa es una operación costosa en cualquier democracia.
A Maduro le toca concentrarse en los problemas de inseguridad, en la devaluación, en la inflación y sobre todo en qué hacer con su economía interna. Especialmente debe trabajar para consolidar la imagen de su gobierno y así promover la inversión extranjera, al igual que una mejoría de las relaciones con grandes mercados como Estados Unidos.
La Bolsa de Valores de Caracas aparece como atractiva para hacer inversiones por su crecimiento superior al 289%, pero los dueños de la plata temen la incertidumbre de entrar y que luego les toque salir con nada. Maduro tiene la palabra y Colombia espera que gane el mejor.