MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Ya sé que son nuestros nuevos mejores amigos. Pero a los amigos hay que decirles la verdad, así no les guste.
El gobierno socialista de la hermana república ha sido hasta ahora un enorme fracaso.
Obviamente no lo van a reconocer porque resulta más fácil echarle la culpa a alguien: a los oligarcas, a los yanquis, a Uribe y hasta al Hombre Araña (cierto: Maduro lo acusó de pertenecer a una “fábrica de antivalores”).
Hace poco Michelle Caruso-Cabrera de la cadena Cnbc publicó cinco gráficas que dicen todo lo que hay que decir sobre Venezuela. Quienes quieran verlas, aquí las encuentran, http://www.cnbc.com/id/102097797, pero yo les hago el resumen ejecutivo.
La primera, cuando Hugo Chávez llegó al poder Venezuela producía 3,5 millones de barriles petróleo y hoy exporta 1,4 millones. Los otros 1,2 millones que produce los regala. La caída en la producción se debe al desgreño administrativo y a la falta de inversión. Por ahora parece que las reservas de petróleo más grandes del mundo van a seguir debajo de la tierra.
La segunda, Venezuela tiene el gasto público más alto como proporción del PIB de Latinoamérica. Solamente le gana la misma Venezuela, que en el año 2012 pasó a tener el 51,3% de gasto sobre el 47,2% del año anterior. Para que se den una idea Colombia tiene el 26,2% y no es de los bajitos. Un alto gasto público como porcentaje del PIB quiere decir que están logrando llegar al paraíso socialista donde el papel higiénico se convierte en un objeto de culto.
La tercera es fascinante. En medio de un boom petrolero, donde el precio del barril pasó de US$20 en 2003 a US$115 en 2012, casi 600% más, el balance fiscal de Venezuela pasó de un superávit presupuestal de casi 5% a un déficit de 17% en el mismo plazo. Esto tiene que ser único en la historia de la humanidad. Robert Mugabe no lo hubiera hecho mejor.
La cuarta es la consecuencia de la anterior. Si gasto 17% más de lo que recibo me toca endeudarme para seguir gastando. Y eso exactamente es lo que han hecho. La deuda externa pública se cuadruplicó de 26 millardos de dólares en 2006 a 106 millardos en 2013. Robespierre decía que la revolución, al igual que Saturno, devoraba a sus hijos.
Afortunadamente la revolución bolivariana solamente los hipoteca a los banqueros chinos.
Finalmente, la gráfica que resume todo: en 2010 el PIB per cápita de Venezuela fue el mismo que en 1972. El socialismo del siglo XXI no solamente ha logrado desaparecer el papel higiénico sino que paró el tiempo. Bueno, exagero un poco. La revolución cubana también había logrado parar el tiempo, circa 1959. Y qué decir de Corea del Norte que no solo paró el tiempo sino que lo retrocedió al medievo.
Martin Amis en su biografía sobre Stalin y los 20 millones de muertos decía que el humor no se podía desalojar de la grieta entre las palabras y los hechos. O entre la retórica y los resultados. Es la tragedia del socialismo: que en el fondo lo que da es risa.