Las organizaciones: entre la asimilación y la acomodación

Peter F. Drucker plantea en su artículo “La Teoría del Negocio”, publicado en el Harvard Business Review, que toda organización contemporánea ha de basar su ejercicio interno en la revisión constante y en la actualización de su teoría del negocio. La teoría del negocio  tiene su asiento en los elementos del contexto donde se inserta la organización, en la misión de la misma y en las competencias que permiten alcanzar los supuestos propios de dicha misión; permite realizar las cosas de manera correcta y adecuada, resolviendo las situaciones de crisis, y ajustándose fundamentalmente a los supuestos de la realidad, y a las condiciones de mercado, a los modos de seguimiento de los clientes, a las necesidades de avance tecnológico, y posibilita responder con nuevas preguntas y respuestas a aquello que ya no funciona del mismo modo que antes.

La organización es dinámica, interactiva, discursiva y fluctuante; se ajusta, se adhiere, controvierte, se resiste y se adapta…o en su defecto, desaparece. Tal como lo plantean las teorías darwinianas de la evolución, las especies se desarrollan, se ajustan y sobreviven, o por el contrario, entran en crisis permanente y en desequilibrios estructurales, que implican su fin. Una teoría del negocio implica un modo de ajuste y adaptación, sobrevivencia y permanencia en un espacio y en una realidad simbólica cambiante y dinámica, que exige constantes movimientos para  mantenerse con vida. A la par con los cambios externos, ha de modificarse para permitir la sobrevivencia de la organización.

De otro lado y como lo plantea la teoría Piagetiana del desarrollo, todo individuo, entre ellos la organización, ha de entrar en la dialéctica permanente de la asimilación y la acomodación. La nueva información del contexto y de la realidad interna, que aparece día tras día, y que se asimila de acuerdo con los esquemas que maneja dicho organismo, tendrá que acomodarse de manera relevante para generar respuestas nuevas en un entorno nuevo. Una teoría del negocio renovada permite a la organización, cuando esta asume el reto de la pregunta constante, de la revisión permanente y del cuestionamiento indefinido sobre su quehacer, sus competencias, su contexto y su misión, acomodarse de manera adaptativa y responder tanto al entorno como a sus propias necesidades. Asimilar información es un ejercicio casi automático; acomodar la información y transformar posturas y modos de operación es un ejercicio voluntarioso y concienzudo, que ha de tener dirección, claridad y precisión.

Aprovechando las teorías anteriormente planteadas y con miras a identificar cuando una organización ha ajustado su teoría del negocio y ha realizado los procesos de acomodación pertinentes para el mantenimiento de la misma, podrían encontrarse los siguientes elementos, propuestos por Drucker: (1) los supuestos sobre el entorno, la misión y las competencias centrales se ajustan a la realidad; (2) los supuestos en las tres áreas, calzan unos con otros; (3) la teoría del negocio es conocida y entendida por toda la organización; y (4) la teoría del negocio ha sido puesta a prueba constantemente.

Sin embargo, cuando lo anterior no se evidencia en la organización y cuando es claro que la teoría del negocio se ha vuelto obsoleta, pueden implementarse acciones que según el propio Drucker, permitirán a la organización ajustarse a los nuevos supuestos de la realidad, o dicho de otro modo y al estilo Piagetiano, cuando los procesos de acomodación no han sido suficientes, habrán de establecerse alternativas que favorezcan que dicho mecanismo ocurra.

En primer lugar podrían implementarse acciones de cuidado preventivo, las cuales deberían mantener a una organización alerta y capaz de transformarse a sí misma y a su teoría. Pensarse cada tres años, cuestionar sus propios fundamentos y preguntarse sobre sus acciones es una medida fundamental. En primer lugar, de otro lado, el estudiar lo que ocurre fuera del negocio y específicamente estudiar a los no clientes (el mercado), se evidencia como un método de alta relevancia. En segundo lugar, podrían implementarse acciones de diagnóstico temprano, prestando atención a las señales de alerta, entre ellas el alcance final de los objetivos de la organización, el crecimiento exageradamente rápido, así como el éxito o el fracaso inesperado de la propia organización o de los competidores. Y en tercer lugar, implementar las acciones de cura, las cuales implican que en el proceso de establecimiento, mantenimiento y restauración de una teoría del negocio lo que prima es el trabajo duro, la actividad concienzuda de los líderes de la organización, el compromiso de todas las instancias de la misma, la implementación de acciones decisivas.

Todos los elementos anteriores, centrales para la comprensión del concepto y la puesta en escena de la Teoría del Negocio, implican un proceso de revisión constante y de acomodación permanente. Teniendo en cuenta el contexto propio, las organizaciones colombianas han hecho esfuerzos decididos en algunos campos para que ello ocurra. Sin embargo, el trabajo a corto plazo, las necesidades de responder de manera inmediata a los cambios y fluctuaciones del mercado, las condiciones de formación limitada de los propios líderes de las organizaciones, así como la falta de trabajo conjunto y de priorizar en el recurso humano como factor decisivo, son realidades en dicho contexto.