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ANALISTAS

Los mitos de 2016

miércoles, 2 de marzo de 2016
La República Más
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Dice el diccionario que un mito es una creencia colectiva sin ningún fundamento en la realidad. Pues bien, he aquí los mitos más comunes de este convulsionado 2016.

• Estamos en crisis económica. Falso. ¿Cómo vamos a estar en crisis económica si este año el PIB crecerá casi a 3%? Sí, es cierto que hay algunos sectores en serias dificultades y sin duda la devaluación del peso afectará a otros más. Pero ayudará a otros altamente generadores de empleo, como el café, las flores y los textiles, para mencionar algunos. Puede que estemos en una crisis fiscal por la caída del crudo que amerita un ajuste en las cuentas del Estado, pero esta no necesariamente debería contagiar al resto de la economía.

• Se robaron Reficar. Falso. Es cierto que el proyecto se presupuestó inicialmente por la mitad del valor, pero esto no quiere decir que la diferencia esté en cuentas cifradas en Suiza de altos funcionarios del Estado, como lo infiere la cobertura mediática. Hubo mala planeación, improvisación y pésima ejecución. Por esto se deben establecer las correspondientes responsabilidades, sin que se tire un manto de duda sobre todos las personas que pisaron las oficinas de Ecopetrol en la última década. Además, gracias a Dios no se paró el proyecto, lo cual nos hubiera costado los mismos US$8.000 millones pero en vez de una refinería tendríamos una montaña monumental de fierros podridos. 

• Isagen era la joya de la corona y se vendió a huevo. Falso y todavía más falso. Isagen era una buena empresa pero sus resultados financieros se habían deteriorado con motivo del endeudamiento adquirido para la construcción de Hidrosogamoso. No fungía, y en verdad, no podría fungir como “moderador” del precio de la energía en la bolsa. Y, además, con su capacidad de apalancamiento llegando al tope era muy difícil que emprendiera nuevos proyectos de expansión en el mediano plazo. En cuanto al precio, se ha dicho que se “incurrió en detrimento patrimonial”, frase lapidaria propia del léxico de las asustadurías colombianas. ¿Cómo va a haber detrimento si la acción de la compañía se cotizaba tres meses antes en $2.800 y se vendió en $4.130? No creo que los contadores de la Contraloría sepan más sobre el valor de una empresa que los miles de analistas financieros del mercado. En todo caso, por definición es mas rentable para el Estado ser dueño de un banco, como la FDN, que de un utility.  

• La paz con las Farc es una paz con impunidad. Falso. “Paz con impunidad” si hubo en todos los procesos adelantados en Colombia durante los últimos doscientos años. Incluido el proceso de desmovilización de los paramilitares. Este es el primero que trae un componente integral del verdad, justicia y reparación y sí, los matones de las Farc no se pudrirán en la cárcel como todos quisiéramos, pero esto no quiere decir que no deban contar la verdad sobre sus crímenes, entregar sus bienes ilícitos y cumplir una pena, que por alternativa no deja de ser pena. Si no hacen cualquiera de estas cosas tendrán cárcel hasta por veinte años. Por otra parte, recordemos que nadie firma la paz voluntariamente para irse preso, ni en Colombia, ni el planeta tierra.

• El déficit fiscal es culpa de la mermelada. Falso, obviamente. Tampoco es causado por las cortinas de Palacio, ni por las almendras, ni por el viaje a Washington. Ya quisiéramos. Paradójicamente quienes más hablan de descentralización son los que más se quejan de la famosa mermelada, que no es otra cosa que la transferencia de recursos fiscales del gobierno central a las regiones. Ahora bien, que allá malgasten los recursos es otra discusión y los que deberían exigir responsabilidades son los ciudadanos afectados y, por supuesto, los entes de control. Parar las transferencias porque en la provincia las despilfarran equivale a matar el perro para acabar con las pulgas. 

• Era gol de Yepes. No sé, pero siempre es reconfortante creer que hubiéramos sido los campeones del mundo.

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