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El Banco de la República de Colombia, al igual que la FED de Estados Unidos, y otras economías, estaban en el gran dilema: subir o mantener las tasas de intervención.
El panorama es el siguiente en Colombia: la inflación está aumentando, pero el crecimiento económico está cayendo. El aumento de la inflación se debe a tres motivos: aumentos temporales de los alimentos por el fenómeno de El Niño (inflación de oferta), aumentos de los productos importados debido a la devaluación del peso (inflación debida al tipo de cambio) y aumentos de la materia prima por la misma razón (inflación de costos). Tres variables que no se pueden controlar con el aumento de la tasa de intervención, entonces por este lado no había motivos técnicos para aumentar la tasa.
El Banco de la República tomó la decisión de aumentar la tasa de intervención única y exclusivamente por expectativas de inflación en el largo plazo.
El Emisor, a través de sus trabajos técnicos basados en modelos de equilibrio general, llega a la conclusión de que los choques de política monetaria son neutrales en el largo plazo sobre el crecimiento económico, pero no sobre la inflación. Me explico, si el Banco aumenta la tasa de intervención los modelos utilizados por ellos indican que tendrá mayores efectos sobre la inflación (disminuyéndola) que sobre el crecimiento económico (disminuyéndolo) en el largo plazo. Esto es conocido en la literatura como la neutralidad del dinero en el largo plazo. La política monetaria tiene efectos sobre las variables nominales pero no sobre las reales en el largo plazo, dice la sabiduría técnica del Emisor.
Sin embargo, un aumento de la tasa de intervención afecta más, en el largo plazo, al crecimiento que a la inflación.
Hay estudios, también muy técnicos, en Colombia que indican lo contrario. En el trabajo. “Un análisis VAR Estructural de Política Monetaria en Colombia”, de este servidor, en el cual se utiliza un modelo macroeconómico basado en las curvas IS, LM, MP y de Oferta Agregada, y que utiliza la metodología econométrica conocida como de Vectores Autorregresivos Estructurales (SVAR), las conclusiones dicen que un aumento de la tasa de intervención del Emisor tiene mayores efectos negativos, en el largo plazo, sobre el crecimiento que sobre la inflación. Y son efectos altamente significativos estadísticamente.
El aumento se habría justificado únicamente si la FED hubiera aumentado sus tasas.
En Estados Unidos, la FED tiene un dilema existencial, subir o mantener las tasas, luego de acabar con su famoso “relajamiento cuantitativo”, el cual disminuyó el bombardeo de dólares a la economía mundial, además de que, en parte, contribuyó durante algún tiempo con la debilidad del mismo frente a muchas monedas, incluido el peso colombiano.
Yanet Yellen ha dado indicios de que este año aumentará las tasas, sin embargo, aún no se ha decidido, por varios motivos: débil crecimiento, inflación controlada, dólar fuerte lo que debilita las exportaciones y una posible “Trampa de Liquidez”.
Un aumento de las tasas en Estados Unidos haría menos competitiva su economía al incentivar aún más la revaluación del dólar. En este caso, se habría justificado un aumento de tasas en Colombia, para evitar la fuga de capitales debido al diferencial de tasas.
Entonces, en últimas, en este momento coyuntural de la economía colombiana: “expectativas” de inflación futura frente a real caída del crecimiento económico, la decisión del Banco de la República parece no estar justificada.