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EDITORIAL

Algo bueno debe salir del revuelo de líneas aéreas

lunes, 27 de febrero de 2023

Colombia es el único mercado de la región en donde los grandes jugadores aéreos compiten sin denuncias de monopolios y el único ganador de la pelea por Viva debe ser el consumidor

Editorial

El mercado aéreo colombiano tiene unas características bien interesantes: es el único de la región en donde no hay un monopolio de una empresa pública o privada; la tasa de crecimiento del sector está por encima del promedio y alcanza 12%; la operación interna entre ciudades y regiones es más dinámica que en cualquier otro país, incluso unos más grandes, y lo más importante, la mala infraestructura carreteable sumada a la inseguridad crónica, hacen que los consumidores viajeros prefieran pagar altos costos de los tiquetes en aviones antes que exponerse a viajar por tierra.

Mientras en el grueso de los países del vecindario, Latam o Copa dominan ampliamente en participación en los mercados, en Colombia, Avianca siempre ha conservado el primer lugar, pero tiene que disputar ruta a ruta, pasajero a pasajero su cuota de mercado que no supera 40% con esas compañías chilena y panameña, respectivamente.

Además, operan otras locales como EasyFly, Ultra y la estatal Satena, en una operación cada día más eficiente y demandada. Con la quiebra de Viva, una aerolínea extranjera de bajo costo, el mercado aéreo colombiano atraviesa por una gran revolución para quedarse con las rutas, aviones, y por supuesto, con los pasajeros.

Avianca fue la primera empresa en ofrecer una integración con la aerolínea de la archiconocida Ryanair, a la jugada reaccionó Latam haciendo una propuesta similar, y como colofón de las movidas aeronáuticas para pisar más fuerte en el mercado local, apareció, JetSmart, otra empresa chilena que quiere a Viva y puso a disposición del Gobierno Nacional la posibilidad de identificar oportunidades con el fin de abrir rutas domésticas, planteamiento hecho a la Aeronáutica Civil, entidad encargada de organizar todas estas movidas.

La pelea es por morder un mercado que mueve más de 35 millones de pasajeros y unas 900.000 toneladas de carga; un negocio muy interesante en un país que supera los 50 millones de potenciales usuarios. De esos casi 35 millones de pasajeros, 25 millones corresponden a pasajeros nacionales y los otros 10 millones a viajeros internacionales.

El fenómeno es muy interesante porque crece casi que exponencialmente, no es sino mirar lo que está pasando en los aeropuertos: desde Bogotá se movilizan unos 22 millones de viajeros; de Medellín 8 millones; y Cali unos 5 millones, cada año, sumando viajeros nacionales e internacionales, además ciudades como Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga son cada vez más atractivas y demandan más servicios aéreos.

Y hay otra particularidad que hace de Colombia un mercado más sólido y prometedor en el futuro, reabiertas las relaciones con Venezuela son muchos los venezolanos que viven en Colombia que demandarán rutas desde Colombia a Caracas, que seguramente tendrá nuevos competidores; otra cosa adicional, ya hay distintas rutas que no pasan por Bogotá y departamentos que han adquirido mercado propio como es Montería, Santa Marta, Ibagué o Popayán.

El lunar es que el Ministerio de Transporte y la Aeronáutica no han sido eficientes en modernizar rutas, entender las nuevas regiones, de tal manera que el único ganador de esta pelea por el mercado sea el consumidor. Lo de Viva es solo un eslabón de un mercado vibrante que hace que nuevos inversionistas miren al detalle grandes inversiones.

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