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Los gremios de la salud han alertado sobre la posible escasez de algunos medicamentos, una situación que puede afectar a la población de menos ingresos que depende de la salud pública
Varias nuevas situaciones sociales se derivaron de la pasada pandemia del covid, además de la instalación cultural del teletrabajo, también llegó un cuidado extremo de las cosas de la salud.
En todos los países, la compra de antigripales se ha disparado así como de medicamentos conexos con los tradicionales problemas respiratorios, nuevas preocupaciones, que antes no existían se han apoderado de personas sanas o cuidosas, las simples gripas temporales, crónicas o alergias han pasado a niveles de alarma.
La consecuencia de ese nuevo “uso cultural” (preocuparse por la salud) ha llevado a que las grandes multinacionales farmacéuticas no den abasto con su producción de medicamentos ante la alta demanda en los países desarrollados, generando un efecto colateral en las economías emergentes que sufren escasez de algunos medicamentos muy buscados en temporadas de lluvias.
El gremio privado de la salud en Colombia lanzó una alerta de escasa oferta de 1.242 principios activos, tales como analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares, ansiolíticos, broncodilatadores, entre otros, formulados para combatir enfermedades muy comunes como resfriados o simples dolores de cabeza. Bien se puede decir que la sociedad moderna postpandemia sufre de una “hipocondría masiva”, que no solo ha disparado el consumo de medicamentos, también los precios.
Especialmente en Estados Unidos y Europa, está diagnosticada una suerte de obsesión con la idea de tener una enfermedad asociada con el covid, y cualquier síntoma genera miedo y preocupación, lo que desencadena que las personas salgan a comprar medicamentos, algunos recetados, pero otros, en la inmensa mayoría automedicados y se genere una situación como la actual.
Pero también es cierto que a esta prevención contra el covid, cuyo fantasma sigue rondando, se suma que hay aún una logística internacional muy deficiente en las cadenas de suministros de medicamentos, también herencia del coronavirus.
Al miedo y a la mala logística global se suma que el país no es eficiente en hacer que todo funcione y que el sistema de producción, importación y entrega de medicamentos no sea el mejor. Todo esto ha generado una nueva situación en Colombia y es que la escasez de medicamentos no sea un bulo o fake news, sino una realidad que puede empeorar o generar otros problemas en la economía como es el contrabando de medicamentos con graves implicaciones para los consumidores.
Es como un pánico colectivo más que exagerado que ha crecido y que sólo se viene a evidenciar ahora, pues el regreso a la normalidad todavía no se evidencia en todos los sectores y lo que tiene que ver con la salud es más sensible. Claro está que el cambio del sistema propuesto por el Gobierno Nacional también genera miedos e incertidumbre, las personas creen que antes todo era mejor y que había más oferta de principios activos, esos que ahora escasean en las droguerías y farmacias.
Es una sumatoria de cosas atípicas que pertenecen a la esfera de la realidad, unas, y la ficción, otras: sí es cierto que hay mucha demanda de fármacos y que los productos no se encuentran como antes, pero también, que a la decretada pandemia no le quedan muchos meses más, por tanto se debe pasar a una zona de mayor tranquilidad y menos compra de remedios.
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