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El tipo de cambio de final de año debe animar a los exportadores para aprovechar más los tratados firmados.
El Dane informó el pasado viernes que las ventas colombianas al exterior alcanzaron US$4.834 millones en octubre, una cifra muy por debajo de la registrada durante el mismo periodo del año anterior, cuando las exportaciones llegaron a US$5.432 millones. Eso quiere decir que bajaron 11% si se comparan con el año anterior. Claramente no es un buen dato para los registros nacionales, que venían siendo históricos. Las excusas son muchas, entre ellas que las ventas de carbón y de petróleo cedieron en participación. Por ejemplo, las ventas externas de carbón cayeron 32%, mientras que las de petróleo con sus derivados disminuyeron 3%. También cayó la venta de café 4,4%.
Está claro que fue un mes muy malo para la generación de reservas y para crecer las expectativas de ventas en otros mercados. Entre enero y octubre el valor de las ventas externas acumuló un descenso de 3,5%. En lo que tiene que ver con mercados, Estados Unidos se consolidó como el principal destino de las exportaciones, con una participación de 33,5%. Los otros mercados fueron: India (6,3%), España (6,2%), China (4,9%), Venezuela (4,8%), Brasil (4,6%) y Chile (3,7%). Las cifras demuestran que dependemos mucho de los productos primarios, tales como el petróleo, el carbón y el café, y que no estamos aprovechando los tratados de libre comercio firmados recientemente.
En lo que tiene que ver con el dólar, el tipo de cambio es muy bueno para los exportadores, quienes están recibiendo más pesos por cada dólar exportado, pero no están creciendo el volumen de los bienes y servicios que llevan al exterior. Hace poco, el Banco Mundial hizo un estudio sobre el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, en el cual se demuestra que un elemento clave del TLC son las regiones que tienen un buen desarrollo en infraestructura, un nivel elevado de educación y mejores condiciones generales para hacer negocios. Todas las anteriores, asignaturas pendientes a desarrollar tanto por el Gobierno como por las empresas comprometidas.
Colombia debe entrar en una etapa de desarrollo de sus exportaciones superior, en la que la tasa de cambio no lo sea todo en materia de competitividad, y para ello el Ministerio de Comercio debe analizar cuáles son las políticas industriales o manufactures que debe emprender para aprovechar este momento en que el dólar está a un precio rentable para los exportadores, y hay abiertos más de una docena de tratados. En pocas palabras, las condiciones están dadas para salir a vender al exterior, enderezar las cifras con nuevos productos y servicios. Eso solo se identificará si se recupera la vocación exportadora y se trabaja en la competitividad.
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