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En todas las economías de mercado se debate sobre el cómo y el cuándo ir desescalonando la cuarentena, pero el problema subyacente es la eventualidad de un rebrote inminente
Las economías de mercado, especialmente las de los países europeos, que no quieren dejar perder este verano que es el caballo que tira del turismo, el principal ingreso de España, Italia y Francia, han emprendido programas de última hora para desescalonar las cuarentenas en las que viven desde hace casi 60 días.
Lo único que salta como obstáculo es un temido rebrote del covid-19 que las obligue a cerrar de nuevo y selle un destino catastrófico signado por anticipadas recesiones que harán perder más de 300 millones de empleos solo en Europa antes de terminar el año. Este par de situaciones (desescalonar la cuarentena y temor por un rebrote) son las constantes políticas por estos días en los países del hemisferio norte por ahora núcleos del mortal virus.
Mientras tanto en América Latina, se da por descontado que pronto se convertirá en el nuevo epicentro del coronavirus, con la diferencia a la vieja Europa, Asia y Estados Unidos, de que aquí no hay que pensar dos veces en dilemas y las acciones gubernamentales no serán excluyentes. Hay que abrirse a la nueva normalidad, al tiempo que se deben tomar las medidas necesarias para evitar más contagios y estar preparados para un rebrote del virus bien entrado al segundo semestre del año.
Si se miran con cuidado las cifras pronosticadas por Fedesarrollo para la economía colombiana durante este año que ya casi acaba el quinto mes, se tiene que entre enero y marzo se tuvo un crecimiento del PIB de 1,1%; que para el segundo trimestre que comprende los meses de abril, mayo y junio, el PIB se contraerá en 15 puntos (la caída más grande de la economía colombiana en toda su historia); que para los meses de julio agosto y septiembre la recesión será un hecho complejo con el aliciente de que sólo estará en rojo en cinco puntos básicos; pero lo más esperanzador es que entre octubre, noviembre y diciembre las cosas mejorarán hasta el punto de poner en negro la economía con un 0,0%; es decir en pocos meses se habrá recuperado de la recesión.
No obstante, la prospectiva de Fedesarrollo se hace con base en un comportamiento similar al que se ha presentado este año; dando por descontado que no habrá un rebrote que vuelva a enviar a las familias a sus casas y que obligue a un nuevo cierre de las empresas y de los centros comerciales.
Es entendible que las personas no solo estén acosadas por la escasez de ingresos, sino por el aislamiento en sí mismo, por lo tanto, es una realidad que entre junio y julio será un tiempo especialmente, peligrosos para multiplicar los contagios y atraer un rebrote que sería más intenso en esas ciudades que poco cuidado le han puesto a la situación. Se observa por preocupación, por ejemplo, que las grandes ciudades de la región Caribe ya ocupen el segundo lugar en contagios en el país, siguiendo de cerca a Bogotá. Situación que preocupa, pues los grandes ingresos de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta es el turismo que puede verse afectado en el largo plazo.
Un rebrote en la mitad del segundo semestre no solo actuará como puente entre el primer trimestre y el cierre de año, sino que será lapidario para los sectores que piden a gritos que la nueva normalidad empiece a ser una realidad para la economía. Al rebrote hay que ponerle el mismo cuidado que a la cuarentena porque por no prevenirlo, puede alargar una recesión más que pronosticada.
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