El Brexit rumbo a ser un canto a la bandera

Menos mal que la noticia que estremeció a la economía mundial hace 20 meses cuando en un polémico referéndum los británicos decidieron retirarse de la Unión Europea, parece estar condenado de muerte a la luz de la larga discusión ocurrida ayer en el parlamento durante la que se aplazó de nuevo la propuesta de salida elaborada por la primera ministra, Theresa May, y que forzará otra ronda de negociaciones con sus homólogos europeos. La discusión sembró un manto de incertidumbre en las bolsas de valores de todo el mundo, hizo repuntar los precios del petróleo y llevó a que la libra escalara ante la creciente posibilidad de que la fecha del Brexit volviera a retrasarse. A lo ojos de los analistas de Bloomberg, “este aplazamiento elimina la opción de un Brexit caótico, reforzando a su vez la campaña para un nuevo referéndum que frene la salida británica de la Unión Europea”. A esta situación se ha llegado luego de que algunos miembros del parlamento británicos se negaran al acuerdo propuesto por la Primera Ministra soportados en una cláusula que podría ver al Reino Unido encerrado indefinidamente en un acuerdo de aduanas con la Unión Europea para evitar el desarrollo de una frontera dura en Irlanda. “El problema es el respaldo irlandés, una posición de retroceso incorporada en el acuerdo que significaría que el Reino Unido se quedaría dentro del área aduanera de la Unión e Irlanda del Norte seguiría los estándares de la comunidad de naciones para productos y alimentos si no se hubiera alcanzado un acuerdo comercial al final del período transitorio”. El Wall Street Journal observa la situación en otro contexto: “con poco más de dos meses antes de que el Reino Unido salga de la Unión Europa el próximo 29 de marzo, se está acabando el tiempo para que un plan “B” evite la interrupción económica de dejar el bloque sin un acuerdo vigente (...) Con su acuerdo, la Sra. May está tratando de cuadrar un círculo imposible, manteniendo un profundo acceso a los mercados de la Unión Europea y recuperando el control soberano sobre las leyes del Reino Unido. El acuerdo de compromiso en oferta garantizó que cuando el Reino Unido abandone la Unión en marzo, pueda pasar a un período de transición de un año para ganar tiempo mientras negocia un acuerdo comercial con sus homólogos europeos”. La complejidad de las negociaciones con los distintos países de la Unión y las votaciones mismas en el parlamento británico, hacen que el Brexit se convierta en un ejemplo de “canto a la bandera”, por fortuna para los procesos de libre comercio y cooperación entre naciones otrora enfrentadas en lo político, militar y comercial.

La indecisión de los políticos británicos sobre el Brexit mantiene un nubarrón gris sobre el rumbo de crecimiento de la economía europea y deja muchas lecciones para los países emergentes que deben aprender en ojo ajeno que los compromisos sin freno de distintos tratados de libre comercio, que sin fáciles de armar y firmar, son al final muy complejos de desarmar. Hoy Colombia está en una encrucijada parecida con el Unasur y el Prosur -propuesto por el Presidente de la República- por un lado están los compromisos firmados con unas líneas de pensamiento regional fracasado (Unasur) y por el otro una fórmula de salida para las naciones en problemas (Prosur), como es un plan B para la situación de Venezuela.