EDITORIAL

El coletazo petrolero mexicano

jueves, 24 de julio de 2014
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En la Ronda Colombia 2014 se sintió la liberalización del negocio de los hidrocarburos en México, pero nos fue bien.

Es cierto que la inseguridad en Colombia pesa mucho a la hora de atraer más inversiones en el negocio de los hidrocarburos. Los atentados guerrilleros, los secuestros de ingenieros, las peticiones de las comunidades, las trabas ambientales y la demora en las licencias, solo son algunas cargas adicionales en el rosario de problemas que arrastra uno de los sectores menos competitivos en nuestro país. Pero más allá de esos lamentos crónicos, que solo son puntos de negociación por parte de las multinacionales petroleras, subyace el asunto de la competencia abierta en México que se está llevando a muchas empresas multinacionales a trabajar en su país, que recientemente abrió su economía del crudo a inversionistas de todo el mundo.

El problema del orden público en Colombia ya está descontado en los modelos de negocios y en las cuentas de las mismas aseguradoras y hay muchas empresas que han trabajado en medio de esas vicisitudes por décadas. Es más, un barril de petróleo en Colombia siempre será más barato extraerlo que en países también ricos en hidrocarburos como Siria, Irak, Venezuela, Nigeria y Rusia. Si nos comparamos con petroleros emproblemados, nuestros asuntos subnormales serán ‘casi juegos’ si nos comparamos con situaciones de países altamente peligrosos. Colombia es un país con petróleo, más no es un país petrolero y eso hace la diferencia en términos de políticas públicas encaminadas al desarrollo del sector.

Los últimos reportes de la producción industrial, que sorprenden hasta a los más incrédulos y pesimistas, nos muestran que la dinámica industrial está creciendo a ritmos sostenidos de 3% y 4%, eso sin contar con una dinámica petrolera elocuente. La Refinería de Cartagena no está en su operación óptima desde enero, dado que adelanta trabajos de puesta en marcha óptima y cuando este aparato industrial entre en operación el aporte del sector será enorme para la economía. Pero más allá de hacer las cuentas de la lechera debemos apuntar que el sector petrolero debe garantizar estabilidad jurídica a las empresas multinacionales que se hicieron con 29% de los bloques ofertados en la Ronda Colombia. No podemos estar cambiando las reglas de juego al ritmo de la política interna y nos debemos dar cuenta que la renta petrolera es una de las alarmas en naranja de la economía.

Hay un claro coletazo de la liberalización del sector petrolero mexicano que lo debemos sumar a la innegable inseguridad de Colombia, pero también a los riegos en materia de seguridad jurídica. Este es el nuevo marco en el sector de los hidrocarburos que debemos potenciar y para ello no sobran las argumentaciones y explicaciones sobre el valor que esta industria representa para el país. Es clave que el Gobierno Nacional tenga una norte en este asunto.

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