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Abundan los estudios financieros sobre el poder económico de las comunidades Lgbtiq+ que demuestran que, “como cultura de consumo”, es la cuarta economía del mundo
Hasta hace pocos años, cerca de 6% de los millennials en países desarrollados se identificaba afín o partícipe de las comunidades o de la cultura Lgbti, ahora con una Q al final, según estudios recientes es 9%, cifra que va en aumento tirada por generación Z, en la que 16% se ubica en el novísimo colectivo; definitivamente, su poder económico va en aumento a través de las nuevas generaciones; y no es sino mirar alrededor para advertir que una sociedad mucho más incluyente se está conformando y corrobora estudios financieros de entidades como McKinsey y Credit Suisse, en los que se resalta que las “empresas que estaban en el cuartil superior de diversidad de género en los equipos ejecutivos tienen 25% más de probabilidades de tener una rentabilidad superior a la media que las empresas en el cuarto cuartil”.
‘Diversity wins: why inclusión matters’ es el título de la investigación de McKinsey, mientras que el de Credit Suisse -un poco más viejo, de 2021- lleva por nombre ‘De Lgbti 350 a Lgbti 400: orgullo y rendimiento empresarial’, en el que estima que “cerca de 10% de la población mundial es Lgbti y tiene patrones de gasto similares a los del resto de consumidores, con lo que su PIB se situaría entre los US$2,7 y US$5,2 billones”.
Visto de otra manera, sería la cuarta economía mundial si se observa que el PIB de Japón es de US$5 billones, según el Banco Mundial. Un nicho de mercado que ha llevado a grandes multinacionales a generar productos y servicios enfocados a la comunidad, colectivo o cultura, pues sin pertenecer a ella seduce a otros consumidores más liberales y plurales. Esta semana se celebra el orgullo Lgbtiq+ en muchas partes del mundo, una suerte de festividad que resalta el valor social de la diversidad de género, al tiempo que la catapulta como un mercado muy interesante que crece al ritmo de las nuevas generaciones.
Está probado que la diversidad tiene un impacto positivo en las empresas e indirectamente en los mercados donde cotizan dichas compañías; una de las conclusiones de los estudios sobre el tema. No se puede perder de vista que la diversidad es un tema crucial que se incluye dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, un mandato para las empresas y los gobiernos. Colombia no se ha quedado atrás en esta tendencia y el poder de consumo, financiero, económico y empresarial es evidente, cuando se miran productos y servicios enfocados a la diversidad; sin desconocer el gran éxito en la alta gerencia de miembros de esta comunidad en las empresas y en la misma política.
A la luz de los resultados financieros de las empresas locales, es elocuente que las compañías con mayor aceptación a la diversidad tengan mejores resultados, una característica que también se nota en todo el mundo. En la investigación de McKinsey, que analiza el comportamiento financiero de 400 empresas reconocidas por tener directivos abiertamente Lgbtiq+ o por buenas prácticas de inclusión, algo como el Índice Lgbt 400, se desprenden buenos resultados, quizá por saber interpretar mucho mejor el cambio de época y los imperativos que estos días señalan, en los que la diversidad de las familias debe guiar el comportamiento de las empresas y de los mismos países, pues en esencia el mundo es diverso y las empresas o lo gobiernos no tendrían por qué no serlo. Es un mundo en permanente transformación que debe interpretarse mecho mejor.
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