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Colombia no ha derrotado la inflación, y solo el Banco de la República manteniendo tasas altas trata de hacer algo para controlar los precios, pero todo esfuerzo parece en vano
Por donde se compare, el costo de vida en Colombia sigue siendo de los más altos. Si se miran las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, el Índice de Precios al Consumidor muestra que Colombia tiene una de las inflaciones más altas, aún por encima de los dos dígitos.
El año corrido va en 7,43%; el último mes fue 0,75% y el dato anualizado alcanza 11,43%. Cifras que siguen siendo preocupantes si se tiene en cuenta que la inflación es el “impuesto de los pobres”, que la variación de precios al alza les pega mucho más duro a las familias de bajos ingresos.
Entre países Ocde, Colombia es el tercero con la cifra más alta, así como el primero de la región (en la medición). El primer lugar lo ocupa Turquía con 38,2%; seguido por Hungría, 20,1% y Colombia con 11,4%.
Entre países de la región, solo Venezuela y Argentina tienen variaciones de precios incalculables que superan los tres dígitos; el caso colombiano llama la atención, muy a pesar de que las cifras marcan tres meses seguidos a la baja.
Habrá que esperar qué dice el Dane para este septiembre que llega a su final. El Banco de la República es la única institución pública que realmente está haciendo algo concreto, así sea criticable, manteniendo las tasas de interés altas (13,25%).
Las importaciones de bienes, insumos y materias primas siguen siendo costosas e importantes en los precios de los alimentos, sin que los ministerios del ramo (Comercio y Agricultura) encuentren un camino más eficiente para bajar los precios.
Los costos de la energía siguen pesando mucho en la formación de precios, las multinacionales generadoras de energía mantienen los precios altos que les trasladan a los distribuidores, quienes a su vez se los facturan a los consumidores; todo esto en medio de un incipiente fenómeno de El Niño que aún no cuaja, pero que amenaza los embalses y consigo el costo del kilovatio hora que ya ha llegado a los $1.000; lo otro es el incremento promedio de $600 que viene haciendo el Ministerio de Minas al galón de gasolina para lograr igualar el precio local con los internacionales, algo que puede cambiar al final del año, dado que el barril de petróleo está cerca de los US$100 e ineludiblemente subirá la gasolina en todo el mundo.
Algo está haciendo mal el Gobierno Nacional en materia de precios, economías comparativas como Chile, Perú y México presentan niveles de 7,6%, 3,3% y 5,1%, respectivamente, cifras que son manejables y avanzan hacia sus niveles históricos.
Lo normal es que la variación de precios en Colombia esté entre 2% y 4%, números lejanos de verse al menos durante esta administración que espera que la inflación al final del año esté muy cercana a 9% para poder cantar victoria de que ya es un dígito, algo que suena elocuente pero pírrico en materia de costo de vida. Se equivocó el Presidente el pasado 20 de julio en su discurso ante el Congreso cuando dijo que la inflación había sido derrotada.
“Tuvimos una inflación creciente; llegó hasta 13%. Cogiendo el indicador mensual del mes de diciembre, la inflación podría haber llegado a 25% este año si hubiera continuado así. Bueno, hoy la inflación mensual es 0,3%. No daría sino para 5% de inflación anual. Es decir, hemos vencido la inflación”. Es muy prematuro lanzar las campanas al vuelo diciendo que la inflación ha sido derrotada, 9% al final del año sigue siendo una cifra de escándalo.
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