El cuento chino de las aerolíneas de bajo costo

Algo turbio se mueve bajo el negocio de las aerolíneas de bajo costo. Las recientes quiebras de Viva Air y de Ultra Air no son aisladas y obedecen al mismo patrón que ha sepultado a muchas empresas del sector aéreo sin que el Ministerio de Transporte haga algo por evitarlo, ni mucho menos las superintendencias de Industria y Transporte que deben proteger al consumidor, pero el verdadero problema tiene como epicentro a la Aeronáutica Civil, entidad rectora del tráfico aéreo y de los aeropuertos, que parece lavarse las manos ante la crítica situación.

Viva creció sin control y cayó de la misma manera, pero logró saltar sobre el lomo de Avianca para que sus dueños y accionistas pudieran conservar algún patrimonio, jugada que hoy está en manos de las entidades de vigilancia y control, pues nadie entiende por qué la aerolínea de aparente bajo costo siguió vendiendo tiquetes cuando no tenía dinero para ponerles combustible a sus poco más de 25 aeronaves.

Lo mismo ha ocurrido con la novísima Ultra, aerolínea que no lleva más de un año en el mercado y que ahora termina decolando como su competencia Viva, luego de que los aparentes inversionistas de JetSmart retiraran su propuesta de compra de rutas y de quedarse con sus pocos aviones, que hoy están en tierra quedándoles mal a los consumidores.

El hilo que deben seguir las autoridades y ser muy estrictas con su tarea es identificar a los emprendedores de las dos aerolíneas que son casi los mismos, y quienes además tienen el mismo modus operandi en otros mercados como el mexicano.

Colombia no puede seguir siendo un mercado en donde nacen, crecen y se quiebran aerolíneas de bajo costo porque nadie es capaz de vigilarlas, menos aún, que el mercado local siga permitiendo que este tipo de empresas les quiten el dinero a las personas con falsas promesas de calidad en el servicio a bajo precio, situaciones que deberían estar bajo la lupa de la SIC y la Supertransporte.

Alguien no está diciendo la verdad. La empresa informó sobre una capitalización de US$20 millones a través de inversionistas nacionales e internacionales y habían informado con bombos y platillos que JetSmart tenía un acuerdo de entendimiento para adquirir 100% de las acciones.

“De este modo los representantes de las compañías firmaron el 16 de marzo una carta de entendimiento, con la que se inicia un proceso de ‘due diligence’, que permitirá conocer la información técnica y financiera que demanda este tipo de negociaciones”, informaron las dos aerolíneas a través de un comunicado. Pero fue una noticia que se cayó luego de que se conociera que el Gobierno Nacional dio luz verde a la integración de Viva con Avianca y que JetSmart entrara a jugar en el mercado local.

Lo más importante aquí es que Colombia es un país de regiones, con varias ciudades de más de un millón de habitantes y en donde compiten de tú a tú las grandes empresas regionales del sector, por tanto, son las autoridades las encargadas de hacer prestar un buen servicio y que el costo beneficio no sea un engaño para los usuarios.

En pocas décadas han fracasado varias empresas que dejan un mal sabor en un mercado cada vez más necesario de ser eficiente: Aces, Aires, Viva, Ultra, West Caribbean Airways, Aerorepública, Intercontinental y Aerocondor; solo son algunos nombres de compañías que no han tenido la suficiente vigilancia por parte de las autoridades responsables.