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Las exportaciones siguen de mal en peor, el pasado agosto solo fueron US$3.947 millones, una caída de 10%, que profundiza el drama del sector que no encuentra la manera de mejorar
Colombia nunca será un país desarrollado ni mejorará su calidad de vida e ingresos si no mejora su capacidad exportadora. Si se compara con los otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, está de colero en términos de ventas al exterior per cápita. El año pasado solo fueron US$1.101, ubicándose en el puesto número 39, muy lejos de países similares como Chile, México e incluso Perú.
Esa realidad sigue profundizándose luego de que en agosto pasado las exportaciones nuevamente bajaron 10,1% si se comparan las cifras contra el mismo mes de 2022. Cuando se compara con los países de la Alianza del Pacífico, Chile es líder con US$5.477 de exportaciones per cápita en promedio, seguido de México, US$4.808.
Luego sigue Perú con US$2.089 y cierra Colombia con poco más de mil dólares. Lo más preocupante es que Colombia tiene mayor población que Perú, este le gana en mayor capacidad exportadora per cápita, una de las razones que explica que muy a pesar de las crisis presidenciales permanentes del país andino, su aparato productivo y crecimiento no se afectan. La capacidad exportadora colombiana está afectada no solo por la falta de competitividad y productividad, sino por la ausencia de diversificación de la canasta exportadora.
Si se mira lo que ha sucedido el pasado agosto se tiene que de los US$3.946,9 millones FOB exportados, lo que ocasionó la disminución fue la caída de 11,5% en el rubro de combustibles y productos de las industrias extractivas. Este grupo tuvo una participación de 51,1% en el total de las exportaciones, por lo cual el resultado final se vio reflejado en el total FOB. En total se exportaron 14,4 millones de barriles de petróleo crudo, lo que representó un crecimiento de 5,2% frente a agosto de 2022.
La caída del rubro de combustibles se explicó principalmente por la disminución en las ventas de hulla, coque y briquetas, que fue de 31,8% y aportó 9,9 puntos porcentuales a la variación negativa final. Si el Ministerio de Comercio y Procolombia revisaran a fondo esta realidad, advertirían que muy a pesar de que desde Casa de Nariño se desincentiven las exportaciones extractivas, debe haber sumo cuidado con este renglón de negocio que aún es más de la mitad de las ventas en otros mercados.
Es muy pobre ver la incoherencia discursiva, mientras lo que más vendemos no se incentiva ni se respalda, los productos de los que más se habla no progresan. Las cifras siguen estancadas en exportaciones: manufacturas (22,5%), agropecuarios, alimentos y bebidas (19,4%), y otros sectores (7,0%). El grupo de manufacturas registró US$888,7 millones FOB, con una variación negativa de 9,7%, frente a agosto de 2022. Y los productos agropecuarios, alimentos y bebidas se registraron US$764 millones FOB y presentaron una caída de 12,5%, principalmente por la disminución de las exportaciones de café sin tostar y descafeinados, que bajaron 30,3% y representaron 10,8 puntos porcentuales en la variación final en zona roja. Ha pasado más de un año de Gobierno, no hay un plan exportador de ningún tipo de producto, y lo poco que se vende: petróleo, carbón, níquel u otros productos extractivos, no se promocionan ni se les da el valor real en el ingreso de divisas, pago de impuestos y generación de empleos formales.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados
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