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EDITORIAL

El experimento del bitcoin en El Salvador

jueves, 5 de agosto de 2021

El FMI está en contra de las criptomonedas, las acusa de poner en jaque al sistema financiero, al consumidor y a los Estados, aún no pueden ser monedas de uso legal en los países

Editorial

En menos de 30 días, el próximo 9 de septiembre, El Salvador, adoptará el bitcoin como moneda de curso legal junto al dólar, una decisión que está bajo la lupa de los expertos monetarios, los banqueros y todas las autoridades económicas, pues los salvadoreños no están en capacidad de decidir sobre el rumbo de ninguna de ellas, ni controlarán la criptomoneda ni dispondrán sobre el dólar. En pocas palabras, le endosan a la fuerza su economía, la política monetaria y de tasas, para las cuales son intrascendentes.

El Salvador es una economía de unos US$25.000 millones, la cuarta parte de la bogotana, con un ingreso per cápita de US$4.000, una de los más pobres del continente. Su PIB está fundamentado en manufacturas, servicios, agricultura y las exportaciones étnicas, productos alimenticios y del agro que compran más de tres millones de salvadoreños que viven en países como Estados Unidos, México y España. Desde el 1 de junio de 2019, la presidencia del país centroamericano la ocupa, Nayib Armando Bukele Ortez, un emprendedor de 40 años vinculado al mundo del entretenimiento y de la publicidad que puso en la mira mundial a su país al ser el primero en anunciar que el bitcoin será la moneda de curso legal en su país. Una decisión osada que ha hecho reaccionar al Fondo Monetario Internacional (FMI).

La banca multilateral ha dicho que las criptomonedas ponen en jaque al sistema financiero, al consumidor y al Estado y que su uso legal provocará un terremoto a nivel internacional con grandes consecuencias para los gobiernos y las personas. Advierte sobre la volatilidad y su efecto sobre el precio de los productos de consumo. El FMI concluye que la adopción de monedas digitales por parte de los estados traerá más costos que beneficios.

La declaración se da en medio de los rumores cada vez más intensos sobre la puesta en el mercado de la digitalización de la moneda china, los estudios sobre un euro digital y los avances de lo propio con el dólar, todas fases en el camino de la desmaterialización imparable del dinero.

Citados por Business Insider, el director de Asuntos Monetarios y Mercados Financieros del FMI, Tobias Adrian; y la directora del Departamento Jurídico de la organización, Rhoda Weeks-Brown, comentaron en el blog Diálogo a Fondo que la política del líder salvadoreño es “un paso demasiado grande”. Para los especialistas intentar convertir criptoactivos en moneda de curso legal es un atajo nada aconsejable y hacen advertencias para tener en cuenta: inestabilidad macroeconómica; la política monetaria perdería fuerza; vaivenes en los precios; problemas financieros por actividades ilícitas; nuevos problemas legales; exposición de las entidades financieras; socavo de la protección de los consumidores e implicaciones ecológicas “nefastas”.

Un detalle que pasa siempre desapercibido es que las criptomonedas requieren mucha electricidad para alimentar las redes informáticas que verifican las transacciones. La discusión que no se ha dado, y que puede empujar a El Salvador como el conejillo de Indias de los países que emprendieron el camino sin regreso de las monedas virtuales, es qué tan preparadas deben estar las economías para aceptar el oscuro mundo del bitcoin Muchas cosas que aprender, por fortuna, El Salvador se ofreció para experimentar con su gente y su economía.

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