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Dentro de los países de la Ocde, Colombia es el tercero con mayor crecimiento durante el primer trimestre del año, lo que presagia un excelente cierre del primer semestre
La economía colombiana es todo un caso de resiliencia al convertirse en una de las de mayor crecimiento del mundo, en términos de la Ocde y de la región, al registrar un repunte en su PIB de enero a marzo de 8,5%. Una noticia que viene como anillo al dedo en un momento de frenesí político en el que los candidatos populistas tratan de sembrar Apocalipsis para ganarse el favor de los electores.
A los ojos del Dane las cosas marchan muy bien. Durante el primer trimestre la tasa de crecimiento fue 8,5%, mientras para marzo de 7,6%. Si se mira la situación y se compara con datos de prepandemia, cuarto trimestre de 2019, el crecimiento es 7,9% superior a lo visto durante este lapso. Los sectores que más contribuyeron a las buenas cifras fueron comercio, industrias manufactureras y actividades artísticas, que aportaron 5,5 puntos porcentuales.
En el otro lado de la moneda están agricultura, actividades financieras y de seguros, que se contrajeron con 2,5% y 3,2%, respectivamente. La construcción tuvo un comportamiento positivo, con un crecimiento de 5,2%, explicado por la construcción de edificaciones residenciales y no residenciales. El consumo tuvo un alza de 12,4%, nuevamente aupado por la jornada sin IVA, lo que ha llevado al comercio a ser el puntal del crecimiento, con una variación de 15,3%.
La economía colombiana sigue siendo fuerte y su mercado interno está demostrando gran recuperación, si bien las exportaciones de petróleo y otros bienes primarios influyen en el comportamiento, es el consumo de las familias lo que más pesa a la hora de construir todo el agregado, por lo que el encarecimiento de las tasas de interés que se viene dando desde noviembre del año pasado puede torpedear el buen ritmo del país, que empieza a ver cómo el desempleo también cede como consecuencias del buen desempeño del PIB, pocas veces es tan elocuente que el repunte sea noticia y que se refleje en la generación de empleos como se ha visto.
Otra buena noticia es que el PIB en 2021 creció 10,7% y no 10,6%, como se indicó preliminarmente, un récord que el país nunca había experimentado en la historia reciente y que debe obligar al sector productivo y al mismo Gobierno Nacional, que está de salida, a redoblar esfuerzos para no dejar caer la economía en las manos de la desinformación que genera desesperanza. Colombia da muestras que es un país resiliente, lleno de oportunidades, que genera empleo y que puede estar a la vanguardia en términos de recuperación, pero para consolidarlo deben cumplirse con los retos estructurales.
No es el momento para dejarse seducir con cantos de sirenas que quieren imponer su visión de un aparente fracaso del modelo de libre mercado, de buen papel del sector productivo y de fortaleza en la generación de empleo formal, son tiempos de doblar las apuestas por el país y frenar los cambios propuestos basados en mentiras como lo que producimos o compramos en el mercado internacional.
Hay muchas tareas económicas pendientes como son las reformas estructurales de impuestos, pensiones y del mercado laboral, pero la más importante en este momento es proteger el modelo de libre empresa, de Estado eficiente y de competitividad internacional, Colombia está demostrando que puede salir adelante creciendo su economía a la tasas que garanticen reducir las precariedades.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados