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Tensiones políticas regionales, menos oferta y pacto de los productores para subir los precios tienen al crudo en sus máximos de cuatro años
El sector energético mundial empieza a hacer grandes apuestas sobre el precio que alcanzará el barril de petróleo en esta inusual escalada alcista que ya toca los US$75, en lo que tiene que ver con el Brent y US$68 en lo que corresponde al WTI. Son los precios más altos del último lustro y que en lo que respecta a Colombia es una muy buena noticia porque por cada dólar que suba el crudo el país recibirá para sus arcas nacionales casi medio billón de pesos.
Es decir, que si este abril cierra con las mismas variaciones al alza, las afugias económicas del Estado se aliviarán, los dividendos de los tenedores de acciones de Ecopetrol aumentarán y volverán las obras a las regiones petroleras que estaban siendo castigadas por la desinversión. Para nadie es un secreto que el país económico de los años 90 y las dos décadas de este siglo XXI depende mucho de los ingresos que provienen del petróleo, un producto muy difícil de diversificar en término de exportaciones y dramático de reemplazar.
La pregunta es muy sencilla y de alto caldo su respuesta: ¿Por qué está subiendo el petróleo en todo el mundo? El conflicto en Siria que enfrenta a Rusia con Estados Unidos en aras de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y el Mediterráneo están influyendo en los precios del crudo; al mismo tiempo se da la estrategia de los países productores que buscan elevar los precios a través de extraer menos petróleo, conteniendo la oferta con el gran objetivo de elevar los precios; la estrategia está funcionando. Los US$75 que están pagando por un barril de crudo en Europa son inéditos desde noviembre de 2014; recordemos que fue en agosto de ese mismo año cuando los precios del combustible empezaron a caer y llevaron al traste a las economías emergentes, especialmente a las de América Latina y el Caribe.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, más los otros 10 grandes productores se reunirán antes del verano europeo en Arabia Saudí para ponerse de acuerdo sobre la estrategia que llevarán en conjunto para la cumbre oficial en junio en Viena. Ese suceso hace vaticinar que habrá petróleo caro hasta bien entrado el segundo semestre, una situación que como siempre es agridulce para Colombia porque revitaliza sus exportaciones, obtiene mayores divisas, acomoda su balanza comercial, pero ve cómo la gasolina puede subir de precios. Lo mejor de esta situación es que la moneda colombiana se fortalece frente al dólar beneficiando a los importadores y consumidores, además de los turistas locales que vayan al exterior, en detrimento de los exportadores que ven mermados los pesos que reciben por cada dólar vendido en otros países del mundo.
El Ministerio de Hacienda y el de Minas en Colombia deben administrar una situación buena con aires de bonanza, muy distinta a la melancólica de antes. El Brent (referente en Europa) pasó de US$50 durante casi todo 2017 a cotizarse al precio hoy, que en algunas horas alcanza picos de US$75. Entre tanto el WTI (referencia para Estados Unidos) se ha duplicado desde 2016 y se acerca a los US$70. Por donde se mire la situación del petróleo es muy buena, sólo habrá que esperar que dure, que el peso se estabilice y que el gobierno saliente pueda entregar unas arcas no tan raspadas como las que les ha tocado administrar, al menos durante su segundo periodo de muy bajos precios.
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