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Inicia la cuenta regresiva para que santos mejore la economía, materialice los acuerdos de paz y logre atraer la inversión empresarial
A partir de hoy inicia la cuenta regresiva del último año del presidente Juan Manuel Santos. Tras siete años de gestión, han sido más las críticas que los elogios, aunque el Jefe de Estado y los más de 40 ministros que han pasado por sus dos períodos de mandato se han empeñado en comunicar que el Gobierno ha tenido más aciertos que desaciertos. A poco más de 300 días de entregar su cargo, las cifras no le dan un “espaldarazo” pues cierra con bajos índices de popularidad, una calificación promedio de su gestión por parte del sector privado (con una nota de 3,2), una inflación de 3,99%, un crecimiento del PIB de apenas 1,1%, un déficit fiscal superior a 4% y un nada alentador índice de -11,7% de confianza del consumidor.
Son muchos los frentes en los que hay que mejorar, pero en el tiempo que le queda como Mandatario deberá ponerle la cara al menos a tres: la verdadera consolidación de la paz, aumentar el crecimiento de la economía y mantener la calificación.
En su primer reto: impulsar el crecimiento de la economía, las cifras hablan por sí solas. Los resultados de la expansión del Producto Interno Bruto en 2015, 2016 y el primer trimestre de este año no han sido buenos, y las ‘locomotoras’ de las que hablaba el Mandatario en sus planes económicos lucen descarriladas. En sus últimos días en la Casa de Nariño, Santos tiene que poner en marcha la construcción de las tan esperadas vías de la cuarta generación y seguir jalonando la construcción de vivienda, con el fin de darle un empujón al ahora deprimido sector de la construcción que cayó 1,4% en el primer trimestre de 2017. Además, es necesario traer seguridad jurídica a las empresas del sector minero-energético, para volver a atraer inversión a un rubro de la economía que fue fundamental por años. Es momento también de que el Gobierno impulse seriamente la diversificación de las exportaciones, apalancado en un dólar a $3.000, y que los planes de impulso a la economía, sobre todo el de Colombia Repunta, empiece a dar los resultados que el país está necesitando.
Una de las voces de alerta que tendrá que escuchar el presidente Santos durante su último año de gobierno viene de las calificadoras de riesgo; pues entidades como la estadounidense Fitch Ratings señaló en un reciente informe que podría bajar a negativa la calificación de Colombia. En el documento, la institución informó que las proyecciones estatales son ambiciosas, a lo que agregó que “el Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado recientemente por el Gobierno prevé un PIB más bajo y una reducción más lenta del déficit fiscal al 3,1% del PIB en 2018, frente al 2,7% previsto un año antes”. Además, Fitch comunicó que la carga bruta de la deuda se sitúa por debajo de 50% del PIB, lo que representa 10 puntos porcentuales por encima de la mediana de la calificación BBB. Estos serán puntos en los que deberá trabajar el Gobierno con el objetivo de mantener su imagen frente a los inversionistas internacionales.
Sin olvidar su ‘caballito de batalla’, el Presidente deberá consolidar el acuerdo de paz de La Habana. En plena temporada preelectoral aprovechar el Fast Track para aprobar proyectos clave como la Jurisdicción Especial para la Paz será difícil teniendo en cuenta que algunas colectividades están buscando definir a cuál candidato elegir y cómo perfilan sus campañas para estar en el Congreso durante los próximos años. Sin embargo, Santos ha enfocado sus esfuerzos durante los últimos dos años en sacar adelante el proceso de paz a costa de su impopularidad. Así inicia una contrarreloj en la carrera más importante del Presidente.