En pocos días se sabrá cómo le fue a la economía durante el primer mes del año, por ahora lo cierto es que el patrón es el mismo de fin de 2023, solo que ahora el dinero es más barato
Editorial
Dos noticias económicas marcaron el último día del primer mes del año. La primera tiene que ver con el dato del desempleo de 2023, que cerró en 10%, rompiendo la tendencia a la baja que se registraba desde abril del año pasado.
El porcentaje representó una mejoría de 0,3 puntos porcentuales frente a 2022 (10,5%), pero volvió a cerrar en dos dígitos por segundo año consecutivo. El panorama del trabajo cerró con 22,8 millones de colombianos ocupados, un repunte de 1,8% frente al mismo mes del año anterior, agregando más de 340.000 nuevos empleos a la economía.
Los sectores de comercio, actividades profesionales y alojamiento y servicios de comida fueron los que más impulsaron la creación de empleos. La otra noticia fue la reducción de las tasas de interés por parte del Banco de la República, al pasarlas de 13% a 12,75%. Aún no se sabe el dato de inflación de enero, pero la última cifra sobre el tablero es la del año consolidado que alcanzó 9,28%, es decir, 3,84 puntos porcentuales menor a la reportada en el mismo periodo del año anterior, cuando fue de 13,12%.
Así las cosas, es altamente probable que el Índice de Precios al Consumidor continúe su racha a la baja en enero y que febrero comience con tasas bajas, inflación cayendo y expectativas de generación de empleo mayores dado el residuo de crecimiento de fin de año.
De acuerdo con el Indicador de Seguimiento a la Economía a noviembre pasado, que es el último dato oficial, está en 125,97 puntos, lo que denota un crecimiento de 2,25% respecto a noviembre de 2022; en octubre se había registrado una caída de 0,41%, que al sumarse a la contracción del tercer trimestre del año pasado, había dejado a la economía ad portas de una recesión técnica, no obstante, el dato de noviembre y los pronósticos tradicionales de diciembre, ese fantasma se estaría alejando y la economía entraría en un mejor estadio o en fase de recuperación, es decir, el vaso económico empieza a verse medio lleno.
El característico pesimismo ve las cosas distintas; por ejemplo, ve en 9,28% la inflación, la tercera cifra más alta del continente; en 12,75% de las tasas, un dinero muy costoso; en un eventual crecimiento durante 2023 de 1%, una cifra pírrica, y finalmente, en un desempleo de 10% se ve un alarmante aumento, más si se desestacionaliza, es decir si la cifra se compara con el mes anterior y no con la misma estación del año pasado; dicho de otra manera, diciembres con diciembres, para no juntar peras con manzanas.
Hay mil maneras y ópticas de analizar la economía, pero para hacer empresa, planear nuevos proyectos y desarrollar crecimientos orgánicos en un mercado emergente como el colombiano, siempre lo mejor será ver el vaso medio lleno. En estadística siempre lo mejor no es mirar el dato, sino la tendencia de los números y a la luz de los fundamentales, pasado este enero, hay cifras que van mejor que en años anteriores.
Ahora bien: eso sin que el Gobierno Nacional intervenga en nada, si se esperara en ejecutar mejor el presupuesto nacional, acompañara a los gobernantes locales y regionales haciendo obras que transformen los municipios y departamentos, las cosas irían a un mejor ritmo de lo esperado. El gran fantasma viene de la mano de las reformas planteadas, lo que puede empeorar si radican otra tributaria antes de junio.
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