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Los usuarios del sistema financiero deben apurar al Banco de la República para que antes de que 2023 llegue a su final ponga en el mercado la plataforma que mejorará servicios
Hace casi cuatro meses que la gerencia general del Banco de la República anunció la licitación que pondrá en el mercado el sistema de pago del sector financiero que mejorará todas las operaciones de los cuentahabientes y abaratará los costos en que hoy incurren los consumidores, pero nada avanza aún y los usuarios se ven enfrentados a los mismos problemas tecnológicos de siempre y a los altos costos que no hablan bien de la necesaria bancarización y eficiencia de un sector neurálgico para la economía.
Sin duda el sistema financiero colombiano es uno de los mejores de la región, y que al ser dominado por entidades nacionales, le dan garantía y estabilidad a la economía, no obstante, la eficiencia tecnológica, oportunidad, atención, servicios ágiles y más baratos, de cara al cuentahabiente, no siempre son los mejores.
Conscientes de ello, el banco emisor conforme a su rol constitucional ha estructurado el llamado sistema de pagos, que no es una cosa distinta a la mejora de la “autopista monetaria” por la cual transitan todas las operaciones.
“Es el conjunto de instrumentos, procedimientos y reglas que permiten que en una economía se realicen transferencias de fondos entre o a través de sus participantes, asegurando la circulación del dinero (...) El sistema incluye al agente participante y a la entidad que opera los acuerdos, en un marco institucional y operacional dentro del cual se realizan los pagos, los procedimientos operativos y la red de comunicaciones para transmitir la información de los pagos y efectuar la liquidación (...) El Banco de Pagos Internacionales define las infraestructuras del mercado financiero como sistemas multilaterales en los cuales las entidades participantes compensan, liquidan y registran pagos, valores, derivados y otros activos financieros. Entre ellas se incluyen los sistemas de pago de alto y bajo valor, las centrales depositarias de valores, las entidades de contrapartida central y los sistemas de registro de operaciones, así como otras infraestructuras de compensación y liquidación existentes”.
El país aún no cuenta con la materialización de la definición anterior que hace el Banco Central y lleva varios años madurando el procedimiento que debe acelerar, pues plataformas privadas están sacando provecho y posicionando los servicios.
No es un secreto que el éxito de servicios financieros de los neobancos como Nequi o Daviplata, nacidos hace más de 11 años en el mercado colombiano, se debe a sus plataformas privadas, cerradas y una la visión clara sobre el poder de la economía popular; jugadores muy eficientes que han demostrado que con prospectiva y conocimiento del cliente se asegura la sobrevivencia de marcas y servicios más maduros como las cuentas de ahorro ligadas a un banco tradicional.
El gran reto para el Banco de la República es generar interoperabilidad de todo el sistema. El Banco debe seguir siendo regulador de sistemas de pagos de bajo valor para propósitos de garantizar la interoperabilidad, lo que no es otra cosa que regular que esas transacciones que se hacen entre personas no estén limitadas a que sean en un determinado operador financiero.
El proceso de reglamentar cómo conectar a todos los bancos es una labor determinante para la economía colombiana, en especial, porque los clientes lo van a sentir y porque no hay otra manera de bancarizar.
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