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La inversión y las exportaciones en EE.UU. son débiles y han frenado el crecimiento económico hasta 1,9% en el tercer trimestre, la causa para bajar las tasas entre 1,50% y 1,75%
Antes de que 2019 llegue a su final Estados Unidos y China habrán llegado a un acuerdo diplomático que pondrá fin a casi tres años de fuerte enfrentamiento comercial, que le ha pasado la cuenta de cobro al crecimiento de los dos potencias líderes; al tiempo que el motor de la economía global comienza su temporada electoral y la fortaleza de la economía ha empezado a debilitarse tras un largo lapso de crecimiento sorprendente por la aplicación de las políticas económicas de “America first” que estaba dejando buenos resultados, pero han perdido fuelle. En medio de este panorama -más claro que antes, por cierto- la Reserva Federal redujo las tasas de interés 25 puntos básicos a un rango de entre 1,50% y 1,75%, las más bajas en los últimos meses, que buscan estimular las inversiones y hacer que las empresas renueven sus planes de exportaciones, con la consiguiente generación de empleo formal en territorio estadounidense.
Se trata del tercer recorte consecutivo en el valor del dinero en EE.UU. que hace la Fed y que devuelve los tipos a niveles en los que se encontraban en diciembre de 2018, cuando el banco central inició su ciclo de bajadas. En esta oportunidad, la disminución deja un porcentaje que sigue siendo alto si se compara con el nivel cero de la Unión Europea y de Japón. La autoridad monetaria ha dicho que actuará como sea apropiado para sostener la expansión de la economía, tal como lo ha querido el presidente Donald Trump y lo han pedido los empresarios para ser más competitivos en los mercados mundiales. Aún ronda la inquietud en los mercados de si hay espacio para nuevas reducciones hasta llegar a un dígito, dado el deterioro cíclico de la actividad industrial en el contexto de incertidumbre global como consecuencia de la guerra arancelaria. La Fed ha justificado su decisión en que es la manera de incentivar nuevas inversiones empresariales con foco en las exportaciones.
Ayer se dio a conocer el crecimiento del PIB estadounidense durante el tercer trimestre, que si bien sigue siendo importante -gracias a la solidez del consumo- solo fue de 1,9%, un porcentaje que encendió las alarmas porque es menor al 2% registrado en el segundo trimestre. El consumo sigue siendo el motor de la economía estadounidense que creció 2,9%, pero está por debajo de 4,6% del período anterior. Esta coyuntura explica la decisión de bajar las tasas ante el evidente desgaste del crecimiento; situación que de una u otra manera también aclara por qué las autoridades de Estados Unidos y de China han acelerado las conversaciones antes de diciembre para enderezar sus relaciones comerciales y no seguir afectando sus negocios, claro está amparadas todos los pasos en la inminencia de la contienda electoral, que no será fácil para el presidente Trump.
En cuanto al coletazo en los mercados emergentes de esta decisión de bajar las tasas por parte de la Fed, en Colombia el mercado ya lo daba por descontado, incluso, la llegada a un punto básico para diciembre próximo o enero del nuevo año. El precio del barril del petróleo está estable en torno a los US$55 y US$65, el WTI y el Brent, respectivamente, lo que le ha dado una similar estabilidad a la tasa de cambio en $3.400. Lo importante para las cuentas es aumentar las exportaciones, dada la devaluación del peso, y ser más eficientes en la producción y exportación de crudo.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados