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En los últimos 70 años La esperanza de vida del colombiano pasó de 54 a 74 años, una cifra que irá subiendo y que nos obliga a dar la discusión que ya dio China: subir la edad de jubilación
Desde el 1° de julio de 2025 en Colombia iniciará un nuevo régimen pensional que introduce un esquema de pilares, puntualmente cuatro: solidario, semicontributivo, contributivo y voluntario, y del cual destaca el primero pues garantizará que 2,5 millones de personas mayores de 65 años de edad, que no pudieron o no les alcanzó la cotización, puedan recibir una pensión. Con este cambio en el sistema pensional, cada una de esas personas recibirá una renta equivalente a $223.800.
El nuevo régimen también nos pone a todos a alimentar la base pensional que reposa en el sistema público de Colpensiones, al unir la cotización de cada trabajador en un solo sistema pues, a partir de 2025, la ley obligará a todos los colombianos a aportar hasta 2,3 salarios mínimos al fondo público de Colpensiones (donde hay 6,8 millones de afiliados aproximadamente, pero solo 2,7 millones son cotizantes) y a partir de ese monto, el excedente se ahorrará en los fondos privados de pensión (donde hay 19 millones de afiliados aproximadamente y cotizan 7,7 millones de ellos).
Por último, vale la pena destacar que el nuevo régimen pensional reconoce la carga de trabajo femenina no remunerada cuando se concentra en el cuidado de los hijos y atención del hogar. La ley le reconocerá a las mujeres 50 semanas por cada hijo en compensación a las labores de cuidado no remuneradas.
Todo esto a simple vista está bien y supone que garantizará una mejor calidad de vida para los colombianos cuando se llegue a la vejez, pero no termina resolviendo el gran problema de fondo que es esa hipótesis, bien impopular, de si “la prolongación de la vida laboral, aliviaría la presión sobre los presupuestos de pensiones”.
China ya dio ese paso. Aunque es incomparable la base poblacional de ese gigante asiático (más de 1.400 millones de personas) con la que tiene un mercado emergente como Colombia (52 millones de personas), el problema se puso sobre la mesa de los legisladores chinos, quienes el pasado viernes decidieron aumentar la edad de jubilación de 60 a 63 años para los hombres, y de 55 a 58 años para las mujeres. También aumentaron la edad de jubilación para el caso de las trabajadoras manuales, el cual pasa de 50 a 55 años. Estos cambios entrarán en vigencia el 1° de enero de 2025 y se aplicarán durante 15 años.
Ese mismo tiempo fue el que hace un año dijo la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, se tomará Colombia para hacer cambios en los parámetros pensionales, como la edad de jubilación, una medida que a todas luces es impopular y que este Gobierno no estaba dispuesto a asumir, a pesar de que reconoce que son necesarios los grandes cambios para que el sistema pensional sea un poco más justo.
A China no se pone como ejemplo por los años que aumentaron la edad de jubilación, pues en Colombia los hombres se jubilan a los 62 años y las mujeres a los 57 años, esto es un año menos de lo recién aprobado en ese país. Se trae a colación por el valor de haber analizado un problema que tiene más de un agravante (en Colombia, por ejemplo, la alta informalidad) y haber decretado algo que no será muy bien acogido, pero que es necesario: retrasar el pago de las pensiones y obligar a los trabajadores de más edad a permanecer más tiempo en sus puestos de trabajo.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados
Colombia registró el pasado octubre la tasa de natalidad más baja de la última década, visibilizando un problema de grandes consecuencias para la economía