Hay que hablar de la extracción de oro

La historia precolombina del descubrimiento y la colonización tiene un eje transversal en materia económica y es el oro. Los antiguos pobladores del territorio colombiano fueron importantes artesanos que trabajaban el oro, afirmación de la cual dan fe los hallazgos arqueológicos a lo largo y ancho del país. Luego, en tiempos de la conquista, la búsqueda de El Dorado, marcó la fundación de pueblos y ciudades, y ya durante la colonización, el oro volvió a jugar su papel de constructor de país, en términos de formación de sociedades, al importar trabajadores esclavizados, para extraer el mineral. Y el siglo XIX, XX y lo que llevamos del XXI, las cosas no han cambiado mucho, pero con la irrupción de los jugadores ilícitos que han hecho de la minería ilegal un fortín tan rentable como los narcocultivos o el tráfico de personas.

Un brevísimo resumen para entrar en el precio del oro que gracias a la incertidumbre económica mundial, derivada de la guerra de aranceles, ha llevado a que la onza de oro supere los US$3.000, un precio nunca antes visto y que delata que los inversores globales han entrado en modo inversiones de refugio ante los choques comerciales de Estados Unidos con sus principales socios comerciales, Canadá, China, México y ahora la Unión Europea.

El hecho económico es que el primer trimestre del año está cerrando con la noticia de que el oro, cosecha de las tensiones comerciales y las apuestas a un recorte de tasas de interés de la Reserva Federal, refuerza su atractivo como activo de refugio.

Reuters informa que “el oro al contado gana 0,4%, y sube a US$3.000,39 la onza; en lo que va de este año, los precios han alcanzado 13 máximos históricos, con un avance acumulado superior a 14%. Los futuros en Estados Unidos suben 0,7%, a US$3.012,9 (...) En medio de la escalada de las tensiones geopolíticas, el alza de los aranceles comerciales y la creciente incertidumbre de los mercados financieros, los inversores buscan cada vez más estabilidad, y la están encontrando en el oro”.

Pero esta realidad internacional no es vista con ojos locales y el Gobierno Nacional sigue de enemigo de las actividades extractivas, como si frentes como el sector servicios, la información, lo digital y las telecomunicaciones, no tuvieran que ver con el oro. Colombia está en el top 20 de los países con más exportaciones de oro en el mundo, con exportaciones por US$3.907 millones a noviembre de 2024.

Según el Dane, las exportaciones son de unas 67 toneladas, equivalentes a 2,3 millones de onzas, lo que pone al país no de 20, según algunos listados, sino de 16 a nivel global, máxime si se tiene en cuenta que gran parte de las ventas del producto son de contrabando, lo que dificulta la trazabilidad en las cuentas nacionales.

El oro es muy importante para las economías de Antioquia, Santander, Cauca y Chocó; en 2020 se produjeron 48,8 toneladas de oro, en 2021 hubo 56,4 toneladas; en 2022 más de 51,7 toneladas y 2023 se generaron 61,3 toneladas; más o menos $9,2 billones en regalías, derivadas de los metales preciosos como el oro, plata y platino. La cifra de 72 toneladas es aún muy baja, entre lo legal y lo ilegal, volumen que se da en un sector del que nadie habla, pese a que su explotación está en manos de empresas multinacionales, artesanales, ilegales y otros jugadores, quienes a través del tiempo, no han defendido una actividad íntimamente ligada a la historia nacional.