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Larry Fink, fundador de BlackRock, sigue guiando las inversiones globales desde su megafondo y en su carta anual habla de las nuevas maneras de trabajar y la sostenibilidad
Para los grandes inversionistas globales, el año solo comienza cuando Larry Fink, (fundador en 1988 de la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, BlackRock), publica su hoja de ruta para los siguientes 12 meses. Empecemos por contar que Fink maneja el equivalente a la sumatoria de las tres economías más grandes de Europa: Alemania, Francia y Gran Bretaña, unos US$10 billones, y que cuando él señala un nuevo negocio o una tendencia, se mueven los capitales globales.
Para este 2022, su misiva tiene una alta carga social y con tufillo a pandemia, pues de sostenibilidad siempre habla. “Ninguna relación ha cambiado más por la pandemia que la que existe entre empleadores y empleados (...) Los trabajadores que exigen más de sus empleadores es una característica esencial del capitalismo efectivo. Impulsa la prosperidad y crea un panorama más competitivo para el talento (...) Las empresas que no se adaptan a esta nueva realidad y no responden a sus trabajadores lo hacen bajo su propio riesgo (...) Las disrupciones laborales que están provocando las nuevas fuentes de capital, al tiempo que el crecimiento exponencial de los países trae riesgos y oportunidades tanto para inversores como para empresas (...) Significa que los bancos ya no son los únicos guardianes de la financiación (...) Nunca ha habido más dinero disponible para que nuevas ideas se conviertan en realidad. Esto está alimentando un panorama dinámico de innovación”.
Algunos fieles seguidores de su género epistolar le critican que su prospectiva de cada año nuevo se recarga más de dogmas sociales difíciles de solucionar, una suerte de agenda política o ideológica, que afecta las inversiones, a lo que el fundador de BlackRock responde que no es una agenda social o ideológica. No es ‘woke’, nada que ver con los diferentes movimientos en contra de las injusticias sociales, muy de moda en Estados Unidos por estos días.
“Es capitalismo, impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas entre usted y los empleados, clientes, proveedores y comunidades de las que depende su empresa para prosperar . Este es el poder del capitalismo”. Por estos días disruptivos para grandes empresas colombianas, les recomienda a los CEO de compañías posicionadas en el mercado, que tienen que adaptarse rápidamente a este panorama cambiante y la diversidad de capital disponible si quieren seguir siendo competitivos frente a firmas más pequeñas y ágiles o a jugadas estratégicas.
También planteó los desafíos que traen al capitalismo las nuevas exigencias de sustentabilidad y el creciente poder de los inversionistas con derecho a voto en materias de gestión ESG (Ambiental, Social y Gobernanza). “La mayoría de stakeholders, desde accionistas hasta empleados, clientes, comunidades y reguladores, ahora esperan que las empresas desempeñen un papel en la descarbonización de la economía global. Pocas cosas afectarán más las decisiones de asignación de capital, y por lo tanto el valor a largo plazo de su empresa, que la eficacia con la que navegue por la transición energética global en los años venideros”. El año pasado, BlackRock recaudó US$540.000 millones con iShares, una suerte de nuevos fondos que están redefiniendo el cause del dinero a los mercados emergentes y en especial al tipo de negocios que buscan inversiones.
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