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EDITORIAL

La actividad empresarial comienza otra etapa

miércoles, 14 de septiembre de 2016
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La producción industrial aumentó 4,1% entre enero y julio, si se excluye el subsector de refinación, la expansión industrial sería de 1,2%

Los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta entre enero y julio de este año muestran las consecuencias negativas del paro camionero de 46 días y el largo fenómeno de El Niño que causaron un desempeño moderado de la actividad manufacturera. Según los últimos datos de la Andi, la producción industrial aumentó 4,1% y si se excluye la refinación de petróleo, la expansión industrial fue de 1,2%. Es un hecho contundente y optimista que la producción industrial aumentó por encima de los cuatro puntos, mientras que las ventas totales fueron de 3,2% y las realizadas en el mercado interno crecieron 4,5%. Hoy se entregan los datos oficiales del Dane y todo parece indicar que serán mejores (la utilización de la capacidad instalada registra un comportamiento superior al de hace un año) coincidiendo ambos reportes en que los datos económicos ya tocaron fondo y en adelante se espera una franca recuperación.

Si bien las cifras comparadas en distintos periodos muestran que se creció a menor ritmo, situaciones como el nivel de los inventarios, que están por encima de los tradicionales; la mejora notable del clima de los negocios y la utilización de la capacidad instalada, son elementos que sumarán en estos últimos cuatro meses del año. La encuesta mide las expectativas sobre el inmediato futuro entre los empresarios y en esta ocasión coinciden en que el panorama es mucho más positivo. El porcentaje de altos ejecutivos que creen en que la situación mejora pasó de 33% el año pasado, para la misma época, a 4%, en el presente lapso. Pero el dato más relevante para la salud de los negocios es que el sector manufacturero es el que sigue impulsando la economía colombiana.

Obviamente se ven nubarrones para el corto plazo. Uno tiene que ver con la tasa de cambio muy fluctuante, unas veces está a $200 de la barrera sicológica de los $3.000 y otras $200 por encima. La tasa de cambio sigue siendo el componente más complicado a la hora de elaborar buenos presupuestos para el año que viene. La segunda nube de incertidumbre indiscutiblemente tiene que ver con la tan anunciada reforma tributaria, que entrará al Congreso de la República en la primera quincena de octubre, una vez esté zanjado el Acuerdo de Paz de La Habana y se conozcan los resultados del plebiscito. Ese par de asuntos políticos de gran impacto económico son gradas que hay que subir para tener una mayor claridad sobre el futuro en términos de orden público de cara a los planes de expansión empresarial, proyectos de exportación y toda clase de inversiones.

Es un hecho evidente que al llegar al final del año las cosas empiezan a mejorar en casi todos los indicadores formadores de incertidumbre. Es el caso de la inflación que cae, la cosa política que se aclara y la actividad empresarial que va en franca mejoría.

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