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EDITORIAL

La cuarta revolución industrial no es paja

lunes, 21 de enero de 2019

Se inicia en Davos el Foro Económico con noticias buenas para Colombia, Medellín será un de los centros de la cuarta revolución industrial

Editorial

El cuento de la cuarta revolución industrial lo empezó a desarrollar (por no decir que se lo inventó) Klaus Schwab, el fundador y executive chairman del World Economic Forum, evento que se realiza a finales de enero desde 1991 en Davos, Suiza; cuando se empezaron a reunir empresarios, mandatarios de países, banqueros y muchos líderes vanguardistas para señalar los rumbos o caminos de un mundo que empezaba a globalizarse a pasos agigantados. La gran cita ha dejado muchos temas disruptivos, no solo para la economía o la política, sino para áreas tan olvidadas hasta hace poco como la ambiental. De uno de esos foros salió la gran preocupación reinante hoy en día por el calentamiento global, por ejemplo. Hace un par de años, Schwab presentó en su evento un pequeño folleto que luego se imprimió como libro y ha sido best seller titulado, La Cuarta Revolución Industrial, en donde plasma tesis económicas que se han tomado el mundo corporativo a través de todos los escenarios de los que dispone el Foro Económico Mundial en los cinco continentes.

Schwab dice en su texto que “la revolución agrícola fue seguida por una serie de revoluciones industriales que comenzaron en la segunda mitad del siglo XVIII. Estas marcaron la transición de la energía muscular a la mecánica y evolucionaron hasta lo que conocemos hoy, con la cuarta revolución industrial: un mayor poder cognitivo que aumenta la producción humana. La primera revolución industrial abarcó desde aproximadamente 1760 hasta más o menos 1840. Desencadenada por la construcción del ferrocarril y la invención del motor de vapor, marcó el comienzo de la producción mecánica. La segunda revolución industrial, entre finales del siglo XIX y principios del XX, hizo posible la producción en masa, fomentada por el advenimiento de la electricidad y la cadena de montaje. La tercera revolución industrial se inició en la década de 1960. Generalmente se la conoce como la revolución digital o del ordenador, porque fue catalizada por el desarrollo de los semiconductores, la computación mediante servidores tipo “mainframe”, la informática personal 1970 y 1980) e internet (1990)”.

La cuarta revolución se basa en las tecnologías digitales con núcleo de hardware, software y redes. También se le conoce como industria 4.0 o la segunda era de las máquinas. Pero los cambios han sido tan acelerados en los últimos años que todos los procesos de conocimiento, industrialización y manufacturas han estado permeados por el internet de las cosas, generando una nueva ola de empresas altamente sofisticadas que están dominando la economía de los países más desarrollados y hacen que la mayoría de los emergentes solo sean gregarios. Quizá la cruda realidad nacional no ha permitido ponderar la noticia que Medellín será una de las cuatro sedes mundiales de desarrollo de esta cuarta revolución industrial, buena nueva que será dada a conocer mañana en Davos por el presidente, Iván Duque, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el ministro de Industria, José Manuel Restrepo, y que se convierte en una puerta para dar un verdadero salto industrial. Colombia es aún un país en desarrollo exportador de materias primas, pero con logros como estos es que se empieza a reescribir la economía que tiene los recursos para ser competitiva y jugar en otros segmentos del conocimiento.

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