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EDITORIAL

La importancia de Carrasquilla en la CAF

martes, 13 de abril de 2021

El Gobierno debe poner a prueba su capacidad diplomática para lograr que el ministro de Hacienda vaya a la CAF, un movimiento clave para recuperar peso en la banca multilateral

Editorial

Colombia necesita más personajes importantes de talla internacional en la economía y las finanzas. El año pasado se perdió el cupo de la presidencia del BID que estaba en manos de Luis Alberto Moreno desde 2005, pero en febrero se ganó la Secretaria General de la Organización de Aviación Civil Internacional, Oaci, con el actual director de la Aeronáutica Civil, Juan Carlos Salazar. Ahora, el Gobierno Nacional se ha empeñado en que el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ocupe la presidencia ejecutiva de la Corporación Andina de Fomento, CAF, que se ha convertido en el indiscutible banco de desarrollo de América Latina, que trabaja en todos los países de la región en lograr sostenibilidad e integración de mercados, financiamiento proyectos públicos y privados. Es una gran oportunidad para que un colombiano de la talla académica e intelectual de Carrasquille ocupe ese cargo y se pueda traer la sede de la importante entidad para Bogotá, pues hoy trata de funcionar en muy malas condiciones en Caracas, al punto que el saliente presidente, Luis Carranza, tuvo que presidir la banca desde su natal Lima para garantizarle a sus clientes una operación en condiciones más competitivas. Los resultados de las elecciones presidenciales ecuatorianas le dan fuerza a la candidatura del actual ministro de economía colombiano porque se rompe el eje compuesto por Cristina Fernández-Evo Morales-Rafael Correa-Daniel Ortega que ha manejado dicho organismo desde hace varias décadas.

La CAF está conformada por 19 países Iberoamericanos y algunos del Caribe, más 13 bancos privados que deben elegir un presidente en mayo; en la actualidad, ante la renuncia de Carranza, fue nombrado de manera interina al venezolano, Renny Alberto López, para que lleve las riendas de la entidad hasta que haya humo blanco.

No es un asunto menor que se deje pasar la oportunidad de que un ministro colombiano llegue a ese cargo fundamental para la recuperación económica del país y de región. En esta tarea se debe dejar a un lado las mezquindades políticas y rodear la iniciativa en la que juega un papel importante el Banco de la República como uno de los representantes nacionales en la entidad. Que no nos pase lo que sucedió con el ex ministro, José Antonio Ocampo, también ex secretario General Adjunto para Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, que en marzo de 2012 fue nominado por varios países como candidato para presidir el Banco Mundial, en sustitución de Robert Zoellick, pero que no fue respaldado por el ministerio de Hacienda colombiano de entonces, dejando pasar una oportunidad para hacer historia. El presidente Iván Duque conoce de primera mano la importancia de este tipo de representaciones globales en la banca multilateral y debe aplicarse a fondo con la Cancillería como piedra angular para lograr que la alta dirección de la CAF elija a Carrasquilla en dicha presidencia, de tal manera que las empresas colombianas cuenten con un aliado en este banco de desarrollo. La diplomacia económica se logra con este tipo de figuras y roles. La Colombia líder en la región, no solo debe ser un ejemplo de recuperación económica, sino un jugador iberoamericano en la economía de mercado y para lograrlo se debe catapultar figuras de relevancia.

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