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El dato de inflación de septiembre debe precipitar una discusión sana sobre cuánto debe ser el incremento salarial para 2016.
Mañana se conocerá la variación de los precios de septiembre, el décimo mes del año, y los pronósticos de los expertos no son los mejores en lo que tiene que ver con las alzas de los precios de los productos básicos. Toco parece indicar que la alta devaluación, el retraso de las cosechas vía falta de lluvias, el leve repunte del desempleo y la bajas expectativas de crecimiento económico, son factores que se han alineado para que la cifra de variación del Índice de Precios al Consumidor siga la tendencia de todo el año y toque el temido 5%, el dato más alto de inflación que ha registrado Colombia en su historia reciente.
Nada raro en materia de precios sucedió durante septiembre, entonces nada fuera de lo común debe esperarse del dato del IPC, y lo más probable, es que se mantenga la tendencia al alza. Lo que sería una pésima noticia para el diseño de las políticas macroeconómicas del próximo año. Recordemos que en menos de 60 días comienza la polémica prenavideña que consiste en que las centrales obreras llevan a la mesa tripartita una aspiración de incremento salarial alta, mientras que los empresarios se juegan un número bajo. Con estas dos posturas, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Hacienda tratan de conciliar una cifra ideal que no atente contra el costo de vida del próximo año. Por lo general no se ponen de acuerdo y el Gobierno Nacional fija el salario mínimo por decreto bien entrado diciembre.
Uno de los secretos de haber bajado la inflación de dos dígitos en Colombia tiene que ver con ajustar el salario mínimo del año nuevo con base en la inflación esperada, nunca la registrada durante el año que termina, de tal manera que las expectativas de costo de vida se congelan y la llamada cascada de alzas de enero no se da. Así ha venido sucediendo desde comienzos de la década de los años 90 cuando el Banco de la República ganó su independencia y se le otorgó el mandato constitucional de mantener el poder adquisitivo de los colombianos.
Está claro que este 2015 que termina traerá una fuerte discusión por el incremento del salario mínimo de 2016, pues los precios han subido y se dio el pequeño detalle de que los congresistas ya se subieron el salario anual con base en la inflación. Debemos tener en cuenta que 2015 no será un año de máximos crecimientos, que la economía regional ha entrado en una desaceleración, y que las empresas deben tomar posiciones conservadoras en lo que tiene que ver con los incrementos en las nóminas laborales. La inflación ha resucitado levemente, está por encima del techo esperado por el Emisor y por esto se necesita de mucha racionalidad para evitar que entremos nuevamente en épocas inflacionarias. Solo miremos al vecino Venezuela para que entendamos que es tener un variación de precios de 180%.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados